martes, 17 de marzo de 2015

El desafío a emprender despues de la claudicación


Hoy, aunque las pasiones no se han acallado todavía, y creo que los ánimos seguirán caldeados por mucho tiempo, será necesario barajar y dar de nuevo, para que después que esta conducción del partido se retire huyendo por las ventanas del Comité Nacional, después del estrepitoso fracaso en el que van a caer, y no alcancen las explicaciones y los mea culpas para salvar la ropa; Decía, será necesario que haya una dirigencia que mantenga intacta su identidad, y sus principios dispuesta a construir una alternativa de poder coherente con la doctrina y a la ideología radical.

Cuando después de limpiar la tierra de la contienda reciente nos encontremos con que hoy tenemos un partido sin programa, una alianza sin ideas, ni rumbo, donde desde el inicio uno de los aliados desautoriza la palabra del supuesto presidente de la UCR, manifestando que no habrá un programa común, ni un gobierno de coalición, ni nada de eso, nos enteramos que lejos de ir a las PASO a competir, ya se  están acordando listas conjuntas, donde los candidatos se colocaran de acuerdo al piso actual de la UCR en el congreso (o sea poquito), y dentro de unos días nos desayunaremos conque no hay posibilidades que el partido presente listas propias para legisladores provinciales y nacionales, sino que serán las negociadas entre Sanz, Carrió y Macri, y sus “equipos técnicos”, que no son tales (por supuesto).

Decía, que cuando todo eso pase, y pasen las elecciones y la actual conducción se vaya huyendo, será necesario contar con un dirigencia capaz de hacerse cargo de la estructura; un dirigencia que no esté contaminada por el conchabo público que maneja la conducción, que sea capaz de afrontar el desafío de reconstruir al partido y devolverlo al camino del que nunca debió apartarse.

Ese es el reto del futuro, un trabajo enorme nos espera, hay que recuperar la mística del partido radical, levantar de nuevo las banderas prostituidas por esta conducción, limpiarlas y hacerlas flamear de nuevo.

Es necesario, recuperar la causa, aunque debamos renovar los métodos, e incluso los postulados de siempre, y hacer escuela de la doctrina, abonando el terreno para las generaciones que vendrán. Y la forma de hacerlo es poner la mirada en los jóvenes, en los que todavía están limpios de las practicas maniqueas de la vieja dirigencia, hay que fomentar y empoderar a la juventud del partido, la que no claudica ni se deja convencer por la chequera de nadie, hay que comenzar por oír lo que tienen de nuevo para decirnos, sobre todo a quienes, entre nosotros, los años de militancia han contaminado en sus metodologías, supuestamente estratégicas y pragmáticas.

Es necesario que los radicales que no se dejan convencer por estos pactos espurios, ni por este neo-mitrismo encaramado en el partido, comencemos a acercarnos a limar asperezas y fijar posiciones, que comencemos a rediscutir los viejos postulados y adaptarlos a los tiempos que corren, deberemos crear un nuevo programa de Avellaneda, que será el mismo pero adaptado a los nuevos tiempos y a las exigencias que plantea la sociedad moderna.

Es necesario que reformulemos la vieja contradicción identificando más claramente cuál es la posición del partido dentro del campo popular, sin renegar de nuestra posición ideológica, y de nuestros principios que como tales se mantienen inmutables a través de la historia.

Debemos mirar también dentro de las organizaciones de Trabajadores del Partido, donde hay correligionarios que reclaman con claridad meridiana, que se los escuche, que se les entienda que las organizaciones obreras no son un flagelo, como parece plantear a veces nuestro presidente, cuando dice que hay que ignorar a los sindicatos, los que deberán seguir siendo los interlocutores valido a la hora de negociar la redistribución del ingreso.

Es necesario que sentemos una posición con relación a las políticas sociales, para que la solidaridad social sea realmente un hecho que provoque la recuperación de la movilidad ascendente y que impida que se sigan generando bolsones de exclusión  a lo largo y a lo ancho del país

Hay que fijar posturas claras en materia de salud pública, diseñando cual es la salud que queremos para nuestros hermanos, que hoy debido al colapso inminente del sistema no tendrán a donde recurrir para acceder a los beneficios de una salud igual para todos.

Hay que redefinir el sistema educativo, para que la educación, vuelva a ser el impulsor de esa necesaria movilidad ascendente, privilegiando la integración, el mejoramiento de los contenidos, la especialización, recuperar la enseñanza técnica, tanto en las viejas, como en las nuevas áreas, promover la investigación universitaria para que el país no esté fuera del selecto grupo de naciones destacados por su capacidad tecnológica.

Se deberá elaborar una política de desarrollo industrial de características propias, que consciente de invertir en tecnologías propias pueda elaborar productos de alto valor agregado sin depender tecnológicamente de los países centrales.

Le queda a los que puedan encarar esta tarea un trabajo titánico, porque implica reconstruir, todo el andamiaje del partido que quedara vacío después de la huida en masa que se avecina, y le toca a la juventud nutrirse para comenzar con la tarea, a nuestros mejores cuadro de hoy que no estén contaminados por las tentaciones del poder les está reservada la tarea docente, la de instruir y preparar a los que vienen, para que tengan los elementos necesarios para convertirse en dirigentes.

Les queda a los trabajadores radicales resistir en sus lugares de lucha este otro embate neoliberal que se avecina, porque el golpe de la nueva derecha contra el aparato productivo será tremendo, la amenaza de una nueva ola de pobreza al estilo de los 90 es lo que viene en la argentina, y esta dirigencia lejos de oponerse se dispone a ser cómplice de esto.

Nos dicen hoy que quieren eliminar el populismo, y en realidad lo que pretenden es volver a las políticas antipopulares, a los postulados excluyentes, a las viejas maquinaciones de los 30, los 70, y los 90, que sumieron al país en la desesperación.

El discurso de la eliminación del populismo entraña en su fondo la eliminación del protagonismo popular,  porque les molesta el pueblo cando reclama y cuestiona, el discurso de la eliminación del populismo, es tan falaz y descreído como lo es este gobierno actual, que también elimina al pueblo del protagonismo de la escena, pero por métodos diferentes.

Es necesario definir formas de inclusión que abarquen la sed de justicia de los desposeídos, de los abandonados por régimen, de los pueblos originarios, injustamente despojados de todo derecho, es necesario volver a las viejas posturas de Larralde y de Lebhenson, a la visión planificadora y democrática de Illia, a la concepción social de Alfonsín.

La única forma de lograr esto es que aquellos que no estamos de acuerdo con esta maniobra urdida desde las sombras de la ilegitimidad, comencemos a tender los lazos necesarios para generar una movilización política dentro del partido que provoque el cambio generacional necesario, que seguramente en su potencia torrencial nos lleve puesto a nosotros mismo si es necesario, pero que nos permita ver que hay una nueva generación que sin estar colonizada por as vejas practicas sea capaz de poner a la UCR en el camino de la victoria.

lunes, 16 de marzo de 2015

Un pensamiento desde la entrañas de mi radicalismo


La doctrina de la Unión Cívica Radical me exime de apoyar lo resuelto por la Convención Nacional, y entiéndase esto, las alianzas deben ser programáticas, y esto solo es posible cuando se hacen con partidos ideológicamente afines, como radical adherí a la Profesión de Fe doctrinaria, al Programa de Avellaneda, al postulado de la Contradicción fundamental.

Cuando muchos correligionarios justificaron el gobierno de Menem y se guardaron, participé con los muchos que veíamos como el país iba directamente al abismo, denunciando en los pocos lugares que teníamos que esto terminaba en el desastre.

Recuerdo cuando los medios periodísticos bombardeaban al gobierno de Alfonsín, y abiertamente apoyaban el regreso de algún liberalismo fratricida, y terminaron apoyando la llegada del gobierno más corrupto de la historia, cuyos protagonistas se refugian hoy en los cargos públicos para no someterse a la justicia.

Como Radical creo que las únicas cosas que me obligan a emprender determinado camino son mis convicciones, y mis principios, mi conducta política, mi ideología, abonada por el tiempo de militancia, que me permitió adquirir cierta conciencia de lo que debían ser mi partido y la república.

Cuando la defección de Alfonsín, me negué, junto con muchos radicales a Votar a De Narváez, porque entendíamos que esa alianza no reflejaba en nada el espíritu y los principios de la Unión Cívica Radical.

Este caso de hoy es el mismo, esta alianza, con la nueva derecha argentina, no refleja en nada el espíritu de radicalismo, el PRO es una fuerza dirigida por alguien, que aún hoy, sostiene que el gobierno de Menem fue el mejor de la historia, que se encuentra tan procesado, como muchos de los funcionarios del gobierno, que ha demostrado que lo único que le importa es el auto bombo, que esta tan falto de estructura y de buena gente, que envía a la vicejefe de gobierno de la Capital federal a ser gobernadora de la provincia de Buenos Aires, como si fuera un colonizador, al igual que lo que hizo el partido del gobierno, con Rukauf,  Scioli, etc.

Por el otro lado se pretendía la incorporación del FR, otro bastión del peronismo neo liberal, tan colonizado por el menemismo como el PRO, lleno de sus ex funcionarios, y sus parientes, que también durante 24 de los últimos 30 años de vigencia de la democracia, gobernaron nuestro país con tal impericia que destruyeron el tejido social de nuestro país, de tal forma que permitieron la profundización de esta división ficticia que ha creado el gobierno desde el poder.

Desde la tribuna Sanz propone destruir el populismo, pero esa destrucción asociada con el PRO, implica también la destrucción de lo popular, implica el abandono de las políticas solidarias, porque los economistas del PRO han sido claros, la solidaridad social no está en la agenda económica, el papel del estado como redistribuidor del ingreso, no está contemplado, porque en el esquema liberal, prevalece el darwinismo por sobre la ética.

Quien diga que no es así, que me explique porque en algunos hospitales de CABA hace un mes que no se opera por falta de insumos quirúrgicos, y no es por el problema de las importaciones, solo se trata de desproteger a los más pobres, a los que no pueden pagar por su salud.

A estos neoliberales del PRO y del FR, tampoco les importa, como no les importó durante el período menemista, la educación como factor de progreso social, y participaron en la destrucción de la Educación Pública como ocurrió en los 90, porque en su lógica Liberal, un mercado de trabajo profesionalizado y sano, no es viable, porque impide la obtención de mano de obra barata.

La flexibilización laboral que muchos de los radicales combatimos en esa época, y que este gobierno no ha modificado, salió de las entrañas de este neo liberalismo, yo me pregunto, ¿Un gobierno presidido por Macri intentaría que el enunciado del artículo 14 Bis., Una de las banderas más importantes de nuestro partido, comience a ser una verdadera realidad en el campo de las reivindicaciones populares?, ¿un Gobierno presidido por Macri terminaría con la perversidad en la que ha caído el sistema de obras sociales, y establecería un sistema de protección de salud realmente igualitario?, ¿ Un gobierno presidido por Macri, establecería un sistema educativo, que además de integrador, fuera de excelencia en materia de formación de Técnicos y profesionales?, ¿Asumiría un gobierno presidido por Macri, la reafirmación de la participación popular en el destino del país, estimulando la participación a la hora de tomar decisiones?, ¿Un gobierno presidido por Macri, formado por gente como la que actualmente soporta un sin número de denuncias de corrupción en CABA, incluido el propio Jefe de Gobierno, realizaría una gestión realmente Honesta?.

La respuesta a todas estas preguntas es NO, ningún gobierno presidio por esta gente, cumpliría con ninguna de la política en las que los radicales creemos, solamente tendría un aspecto prolijo, la ausencia de pueblo seria notable a la hora de no hacer ruido, la educación seguiría como hasta ahora, todos los privilegios para la privada, todas las desventajas para la pública, la salud sería un bien solo para adinerados, los beneficios de la economía, serian solo para los beneficiarios de un modelo excluyente, y solos los que logren abrevar del derrame liberal lograrían saciar el hambre y la sed.

Como Radical no quiero Alianzas con esta gente, ni Macri, Ni Massa pueden solucionar los problemas del país, y llegados al gobierno, ninguno de los dos aplicaría, una sola de las políticas nacionales que los radicales encararíamos, a ellos no les interesa reparar nada que no sea lo que el mercado exige, y estarían dispuesto a cualquier forma de corrupción para cumplir con sus demandas.

Como Radical no estoy obligado a ir en contra del pensamiento Radical, ni acompañar a nadie que no lo profese.

Como Radical no estoy obligado a cumplir con esta idea de los Acuerdos ventajosos, para funcionarios.

Como Radical no estoy obligado a sostener un candidato, que no solo no me representa, que no representa el anhelo del pueblo argentino.

Como radical no estoy obligado a caer en la misma claudicación que nuestra dirigencia.

Como radical estoy obligado a recuperar al partido, a levantar sus banderas, a sostener sus principios, practicar la ética que el radicalismo me impone, pero nunca a traicionar al pueblo que siempre fue origen, causa y destino de nuestra forma de pensar y hacer la política.

Por eso como radical no estoy obligado a sostener, ni apoyar a los traidores y sus aliados, de dentro y de fuera, al contrario, como radical estoy obligado a combatir las defecciones de los que son capaces de traicionar los ideales y las reparaciones que aún se encuentran pendientes en nuestro País.

Por eso Creo que los Radicales debemos ponernos de Pie, y claramente renegar de toda esta dirigencia, falaz y descreída, que ha sido capaz de cambiar principios por ministerio y convicciones por contratos, ver hacia nuestra juventud, que no se ha dejado colonizar por estos falsos profetas del éxito fácil, a nuestros trabajadores Radicales que tampoco han sucumbido a las tentaciones del poder partidario, y a los simpatizantes que no han sido seducido por esta política sin principios de esta conducción partidaria.