martes, 19 de noviembre de 2013

¿Qué hacemos ante una realidad que parece desquiciada y fuera de todo equilibrio?

¿Qué hacemos ante una realidad que parece desquiciada y fuera de todo equilibrio?

Dedicado a mi amigo Mario Jaraz

El mundo se ha vuelto extrañamente aferrado a la idea de la falta de importancia de las cosas importantes, como si una fantasía se hubiese apoderado de la vida.
Es importante para el mundo el dinero, la posesión de cosas, el excesivo pragmatismo occidental, donde parece que todo está dominado y subordinado a aquellos que ostentan poder.
Los poderosos políticos, y los poderosos empresarios, y los poderosos banqueros, y los poderosos especuladores, que nos dicen cuando podemos disentir y cuando no, que nos conviene leer y que no, de qué lado de una supuesta pared debemos estar, en manos de quien debemos dejar nuestras decisiones, para las que no estamos convenientemente preparados.
Se nos dice que no podemos opinar de economía, porque no estamos lo suficientemente formados, porque para eso están los economistas profesionales, que saben de eso, más que nosotros, y que ellos harán lo que saben hacer con nuestro dinero, “NUESTRO DINERO”, sobre cuyo destino no podemos opinar.
Los politólogos, nos dicen que debemos opinar, y nos enriquecen obnubilándonos con discursos, tan confusos como las ideas que profesan, algunos no dicen que la culpa es del estado, otros que la culpa es de los otros, de los de allá y de los de acá también, y a lo mejor de algunos del otro lado, que son evidentemente responsables de lo que aquí sucede, pero que nosotros debemos hacer lo que los opinadores nos dicen, votando a quien nos recomiendan, porque no estamos capacitados para pensar que es lo que nos conviene hacer como ciudadanos, aunque se trata de nuestra vida, “NUESTRA VIDA”, sobre cuyo destino no podemos opinar, porque no sabemos. 
Los Políticos Democráticos, Sociales, Liberales, de Derecha, de Centro y de Izquierda, nos dicen que es preferible que no elijamos a quien queremos que nos represente, porque es mejor dejar descansar en ellos nuestras responsabilidades civiles, que ellos saben que es lo que queremos, y si es así para que vamos a perder el tiempo votando, si total con que ellos decidan es suficiente, para que nos vamos a molestar asumiendo pesadas responsabilidades que tienen que ver con el proceso decisorio, aunque se trate de nuestro pensamiento, “NUESTRO PENSAMIENTO”, sobre cuyo destino no podemos opinar, porque no sabemos.
Un señor de impecable traje de alpaca inglesa, abogado, me dice que debo dejar la ley y la justicia en sus manos, porque no sabemos que es la ley y que es la justicia, y como no sabemos, es preferible que el la administre de la forma que más le plazca, total para que voy a preocuparme, si para eso está el, que estudio para decirme, a mí, a todos,  como debo vivir ordenadamente en una sociedad, mientras tanto libera Asesinos, Violadores, Secuestradores, pero como yo no sé cómo se hace justicia, no poder formar parte de un jurado, aunque se trate de mi necesidad Justicia, “MI NECESIDAD DE JUSTICIA”, sobre cuyo destino no podemos opinar porque no sabemos.
Mientras tanto nuestro país genera Generaciones de analfabetos, porque ninguno de ellos sabe qué hacer con la educación, entonces improvisas, con mis hijos, con tus hijos, con los hijos de todos; pero los de ellos van a las mejores escuelas, con el dinero que nosotros les pagamos, puntualmente.
Un señor me dice por televisión que lucha denodadamente contra el narcotráfico, y en ese  mismo momento un patrullero pasa por la esquina de mi casa en el mismo instante que un grupo de muchachos vende marihuana en ese lugar; y no se detiene, dice que le falta la autorización de un  juez, que a esa hora seguramente esta cenando en familia, o durmiendo, y aunque tampoco sabemos si es cierto que es tan necesario.
Otro señor nos dice que el agua es un derecho, que la nación ha firmado convenciones internacionales sobre eso, y que se está trabajando para preservar los recursos naturales, para que el agua sea un recurso para todos, al mismo tiempo que la Barrick Gold vierte toneladas de cianuro en los ríos, Monsanto, millones de litros de pesticidas contaminantes que llegan al agua, para no seguir ahondando; mientras tanto miles de personas mueren de Sed.
En otro lugar nos dicen que hay una preocupación genuina de la clase dirigente, por el estado en el que se encuentran los pueblos originarios, que es una preocupación de los legisladores y de ejecutivo, mientras tanto bandas de energúmenos inadaptados con alguna protección de vaya a saber quién (gobernante o empresario), matan atropellan, violan y golpean a nuestros hermanos, pero no podemos intervenir, ellos están preocupados.
En buenos aires un señor Durán Barba elogia a Hitler, y a Stalin, dos de los más grandes genocidas de la historia, le faltaría agregar a Mustafá Kemal, y a Roca, para completar el panorama de los genocidas, seguramente en otro país hubiese sido detenido por apología de la crueldad, aquí no, aqui asesora a un posible candidato a Presidente, y como si fuese poco asesora a algunos miembros de mi propio partido, un francamente despreciable y penoso acontecimiento.
En la Catedral de Buenos un grupo de personas que debieron haber sido expulsadas de la Iglesia Católica, irrumpen en una ceremonia de reconciliación entre Judíos y cristianos, recordando el momento inicial del holocausto, y como si fuera poco encuentran a un cura curiosamente e irresponsablemente, ¿chauvinista?, ¿Xenófobo?, ¿Racista?, no, mejor   FASCISTA, NAZI; que termina por justificar la vileza de la acción, ante el oído atónito de quien lo quiera escucharlo, haciendo caso omiso de las recomendaciones del Papa sobre el dialogo inter religioso.
Por otro lado los jubilados argentinos, principal preocupación de nuestros políticos, están atados un sistema tan corrupto, que no les permite vivir dignamente, que después de haber trabajado durante toda la vida, poniendo su trabajo para la mejor vida de las generaciones futuras, ni siquiera puedan elegir el medico que los atienda, sin tener que realizar pesados y terribles tramites, que convierten un sistema que pudiera ser simple y efectivo, en una maraña de tramitaciones Kafkianas dirigidas vaya a saber por quién; donde el dinero se pierde en los pasillos, en medio de dames y daretes, propios de un laberinto Borgeano.
En otro punto del país mis hermanos se mueren de hambre, y sufren el desempleo no tienen a nadie que los escuche y son usados de rehén por alguien que tiene el suficiente poder de repartir a discreción planes sociales, y que además les cobra por los favores.
En medio de una villa de emergencia ubicada al lado de un country club, hay conciudadanos excluidos de todo beneficio, y de alguna forma, utilizados por todos, políticos, empresarios, bufones mediáticos, punteros, clubes de football, etc, para los que hacen de todo menos intentar mejorar su vida para recuperar la dignidad perdida por imperio de la marginalidad.
Frente a una casa de un millón de dólares, hay una choza precaria donde en 20 metros cuadrados sin un baño vive una familia de 6 personas, que sobrevive recuperando basura, y alguien desde un diario me dice que no hay inmoralidad en la riqueza, pero no me dice que la inmoralidad consiste en que quien tiene riqueza posiblemente lo haya hecho a costa de la pobreza de otros, nadie me dice que ésta pobreza seguramente sea la contracara de los millones de hectáreas de tierra que se distribuyen pocas manos, solo para citar alguno de los desequilibrios de esta Nación.
Desde el fondo de los tiempos históricos, Castelli, Belgrano, Moreno me dicen que debemos tomar el destino en nuestras manos, ser libres, independientes, Ciudadanos solidarios y responsables, Belgrano, Castelli, Moreno, Alem, Irigoyen, Rojas, Illia, Larralde, Lebhenson, el propio Alfonsín, nos hablan de solidaridad social, integración, libertad, democracia, decencia, sacrificio, ética, todas aquellas cosas que hacen al tejido social de la Nación, aunque mientras tanto veo cómo se reparten el estado a valor de desguace, entre interminables filas de funcionarios de todo signo, que han tomado el poder como propio, y decidieron disfrutar de sus beneficios dándonos la espalda a los ciudadanos.
La historia pasada nos pide a gritos, ¡Háganse cargo!, ¡sean responsables!, ¡No transen!, ¡No se dejen avasallar por la prepotencia del poder!, pero nosotros seguimos aquí, sentados esperando que algo ocurra, adormecidos, como autómatas sin conciencia, que solo esperamos algo de alguien, ¡que alguien se haga cargo, que alguien haga algo!.
Es necesaria una gran reparación política en nuestro país, mucho más grande que la que encabezo Irigoyen, Hay que reconstruir el tejido social que nutre y hermana  a los pueblos, hay que reconstruir la educación, integrar el país, comunicarlo nuevamente, hermanarnos con nuestros compatriotas, construir nuevamente una sociedad Justa.
Posiblemente sea necesario un gran pacto ético entre los ciudadanos, que nos asegure que el país va a ser dirigido por personas que han sido realmente legitimadas por la sociedad, y que asuman como una regla personal la obligación de conducirse con ética, que san moralmente responsables, que se asuman como interpretes reales del deseo de felicidad de la sociedad, que suma como una obligación cumplir con las obligaciones por la razón de ser del estado, La felicidad de sus habitantes.
Todo esto requiere que nosotros como miembros de esta sociedad seamos responsables y artífices de nuestro propio destino, entendamos que a la hora de gobernarnos,
-La justicia es demasiado importante para dejarla solo en manos de los jueces
-La ley es demasiado importante para dejarla solo en manos de los abogados,
-La salud Pública es demasiado importante para dejarla solo en manos de los médicos,
-La educación es demasiado importante para dejarla solo en manos de los maestros,
-La Economía es demasiado importante para dejarla solo en manos de los economistas,
-Gobernar es demasiado importante para dejarlo solo en manos de los políticos,
Nosotros, los ciudadanos somos los diseñadores de la nación, porque se trata de nuestra vida, de nuestros hijos, de nuestro futuro, como dijo alguna vez el Presidente Illia, todos hemos tirado una piedra, nuestra indiferencia ha sido la más pesada de todas, pero la sociedad tiene el privilegio de la indemnidad, de no sufrir las consecuencias, pero esta es la hora en que debemos a empezar por levantarla.

Posiblemente sea un sueño, posiblemente sea poco posible, pero es mucho mejor intentar construir el sueño, que negarlo y seguir durmiendo.