La doctrina de la Unión Cívica
Radical me exime de apoyar lo resuelto por la Convención Nacional, y entiéndase
esto, las alianzas deben ser programáticas, y esto solo es posible cuando se
hacen con partidos ideológicamente afines, como radical adherí a la Profesión
de Fe doctrinaria, al Programa de Avellaneda, al postulado de la Contradicción
fundamental.
Cuando muchos correligionarios
justificaron el gobierno de Menem y se guardaron, participé con los muchos que
veíamos como el país iba directamente al abismo, denunciando en los pocos
lugares que teníamos que esto terminaba en el desastre.
Recuerdo cuando los medios
periodísticos bombardeaban al gobierno de Alfonsín, y abiertamente apoyaban el
regreso de algún liberalismo fratricida, y terminaron apoyando la llegada del
gobierno más corrupto de la historia, cuyos protagonistas se refugian hoy en
los cargos públicos para no someterse a la justicia.
Como Radical creo que las únicas
cosas que me obligan a emprender determinado camino son mis convicciones, y mis
principios, mi conducta política, mi ideología, abonada por el tiempo de
militancia, que me permitió adquirir cierta conciencia de lo que debían ser mi
partido y la república.
Cuando la defección de Alfonsín,
me negué, junto con muchos radicales a Votar a De Narváez, porque entendíamos
que esa alianza no reflejaba en nada el espíritu y los principios de la Unión Cívica
Radical.
Este caso de hoy es el mismo,
esta alianza, con la nueva derecha argentina, no refleja en nada el espíritu de
radicalismo, el PRO es una fuerza dirigida por alguien, que aún hoy, sostiene
que el gobierno de Menem fue el mejor de la historia, que se encuentra tan
procesado, como muchos de los funcionarios del gobierno, que ha demostrado que
lo único que le importa es el auto bombo, que esta tan falto de estructura y de
buena gente, que envía a la vicejefe de gobierno de la Capital federal a ser
gobernadora de la provincia de Buenos Aires, como si fuera un colonizador, al
igual que lo que hizo el partido del gobierno, con Rukauf, Scioli, etc.
Por el otro lado se pretendía la
incorporación del FR, otro bastión del peronismo neo liberal, tan colonizado
por el menemismo como el PRO, lleno de sus ex funcionarios, y sus parientes,
que también durante 24 de los últimos 30 años de vigencia de la democracia,
gobernaron nuestro país con tal impericia que destruyeron el tejido social de
nuestro país, de tal forma que permitieron la profundización de esta división
ficticia que ha creado el gobierno desde el poder.
Desde la tribuna Sanz propone destruir
el populismo, pero esa destrucción asociada con el PRO, implica también la
destrucción de lo popular, implica el abandono de las políticas solidarias,
porque los economistas del PRO han sido claros, la solidaridad social no está
en la agenda económica, el papel del estado como redistribuidor del ingreso, no
está contemplado, porque en el esquema liberal, prevalece el darwinismo por
sobre la ética.
Quien diga que no es así, que me
explique porque en algunos hospitales de CABA hace un mes que no se opera por
falta de insumos quirúrgicos, y no es por el problema de las importaciones,
solo se trata de desproteger a los más pobres, a los que no pueden pagar por su
salud.
A estos neoliberales del PRO y
del FR, tampoco les importa, como no les importó durante el período menemista,
la educación como factor de progreso social, y participaron en la destrucción
de la Educación Pública como ocurrió en los 90, porque en su lógica Liberal, un
mercado de trabajo profesionalizado y sano, no es viable, porque impide la obtención
de mano de obra barata.
La flexibilización laboral que
muchos de los radicales combatimos en esa época, y que este gobierno no ha
modificado, salió de las entrañas de este neo liberalismo, yo me pregunto, ¿Un
gobierno presidido por Macri intentaría que el enunciado del artículo 14 Bis., Una
de las banderas más importantes de nuestro partido, comience a ser una
verdadera realidad en el campo de las reivindicaciones populares?, ¿un Gobierno
presidido por Macri terminaría con la perversidad en la que ha caído el sistema
de obras sociales, y establecería un sistema de protección de salud realmente
igualitario?, ¿ Un gobierno presidido por Macri, establecería un sistema
educativo, que además de integrador, fuera de excelencia en materia de formación
de Técnicos y profesionales?, ¿Asumiría un gobierno presidido por Macri, la reafirmación
de la participación popular en el destino del país, estimulando la participación
a la hora de tomar decisiones?, ¿Un gobierno presidido por Macri, formado por
gente como la que actualmente soporta un sin número de denuncias de corrupción en
CABA, incluido el propio Jefe de Gobierno, realizaría una gestión realmente
Honesta?.
La respuesta a todas estas
preguntas es NO, ningún gobierno presidio por esta gente, cumpliría con ninguna
de la política en las que los radicales creemos, solamente tendría un aspecto prolijo,
la ausencia de pueblo seria notable a la hora de no hacer ruido, la educación seguiría
como hasta ahora, todos los privilegios para la privada, todas las desventajas
para la pública, la salud sería un bien solo para adinerados, los beneficios de
la economía, serian solo para los beneficiarios de un modelo excluyente, y
solos los que logren abrevar del derrame liberal lograrían saciar el hambre y
la sed.
Como Radical no quiero Alianzas con
esta gente, ni Macri, Ni Massa pueden solucionar los problemas del país, y
llegados al gobierno, ninguno de los dos aplicaría, una sola de las políticas nacionales
que los radicales encararíamos, a ellos no les interesa reparar nada que no sea
lo que el mercado exige, y estarían dispuesto a cualquier forma de corrupción para
cumplir con sus demandas.
Como Radical no estoy obligado a
ir en contra del pensamiento Radical, ni acompañar a nadie que no lo profese.
Como Radical no estoy obligado a
cumplir con esta idea de los Acuerdos ventajosos, para funcionarios.
Como Radical no estoy obligado a
sostener un candidato, que no solo no me representa, que no representa el
anhelo del pueblo argentino.
Como radical no estoy obligado a
caer en la misma claudicación que nuestra dirigencia.
Como radical estoy obligado a
recuperar al partido, a levantar sus banderas, a sostener sus principios,
practicar la ética que el radicalismo me impone, pero nunca a traicionar al
pueblo que siempre fue origen, causa y destino de nuestra forma de pensar y
hacer la política.
Por eso como radical no estoy obligado a sostener, ni apoyar
a los traidores y sus aliados, de dentro y de fuera, al contrario, como radical
estoy obligado a combatir las defecciones de los que son capaces de traicionar
los ideales y las reparaciones que aún se encuentran pendientes en nuestro País.
Por eso Creo que los Radicales debemos ponernos de Pie, y
claramente renegar de toda esta dirigencia, falaz y descreída, que ha sido
capaz de cambiar principios por ministerio y convicciones por contratos, ver
hacia nuestra juventud, que no se ha dejado colonizar por estos falsos profetas
del éxito fácil, a nuestros trabajadores Radicales que tampoco han sucumbido a
las tentaciones del poder partidario, y a los simpatizantes que no han sido
seducido por esta política sin principios de esta conducción partidaria.
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