sábado, 9 de agosto de 2014

Reflexiones sobre una mala decisión en una muy mala oportunidad


Reflexiones sobre una mala decisión en una muy mala oportunidad

Hace pocos días, exactamente 7 días después de convocadas las elecciones internas, y publicada la resolución que establece el reglamento electoral, la mesa directiva de la Honorable Convención de la Provincia de Buenos Aires, decidió dar por tierra, de un solo golpe, los artículos 133 a 140 de la Carta Orgánica Provincial, con el propósito de que Ricardo Alfonsín, y algunos de sus amigos se pudieran presentar como candidatos a la estructura del partido radical, haciendo caso omiso de muchas de las incompatibilidades, y prohibiciones contenidas en esos artículos.-

Lo interesante del caso es que sin haber mediado una sola sesión de la convención, en una resolución tomada, entre gallos y medias noches, por los miembros de la mesa directiva de la Convención, que solo tiene facultades de representación del cuerpo, deciden legislar de hecho, y sin la intervención de nadie autorizado, sobre un asunto que hoy está en tela de juicio dentro de la UCR, a escondidas, de forma tan irregular que la resolución que fue comunicada, ni siquiera tiene fecha, ni número de registro, vilando la formalidad de todas las resoluciones de la Honorable Convención de la Provincia.

La cuestión de fondo de esto es la siguiente, si se permite que alguien, que no tiene facultades para hacerlo, se arroga el derecho de efectuar una modificación de tales característica, sin la participación del máximo órgano facultado para hacerlo, burla el sistema democrático lesionándolo en su esencia.
Esto es así, porque en un sistema democrático, la discusión y el acuerdo de los hombres que integran una organización, a través de sus representantes es fundamental para que las decisiones, sobre todo las constitutivas, sean dotadas de legitimidad de origen, si se burla esta premisa, que es la condición necesaria, se corre el riesgo más grande de todos, perder el sentido democrático y caer en el totalitarismo, que implica que alguien, por su posición de poder, tiene el derecho de hacer y deshacer a su antojo, sin control y sin medida, para poder cambiar las reglas a su gusto y conveniencia.

Esto es la génesis de la institucionalización totalitaria, y además sienta el precedente más dañino para el espíritu del radicalismo, esto implica que todo aquello que estos dirigentes han criticado del partido gobernante, están totalmente dispuestos a practicarlo hacia dentro, en una actitud realmente reñida con la ética, que todos los radicales hemos querido practicar.

Aqui no solo está en juego la legalidad de la decisión de la mesa directiva de la convención y de la junta electoral, aquí está en juego la práctica real de la  democracia, el ejercicio de la libertad, la doctrina que el partido ha acuñado durante toda su historia.

¿Y todo esto para qué?, solamente para sostener la ambición de una sola persona y de su grupo de acólitos, que no pudiendo acceder legítimamente, a los que pretender, encuentran la forma de hacerlo tratando de burlar lo establecido por la ley del partido, perdón por la máxima ley de la Unión Cívica Radical, su Carta Orgánica.

Si esta decisión se sostiene, Ricardo Alfonsín, será el responsable de haber herido de muerte a la Unión Cívica Radical, seguramente será recordado por nuestra historia, como el hombre que destruyo la esencia del alma Radical, porque después de esto difícilmente se pueda volver a ser creíbles y confiables.

Dr. Ricardo Alfonsín, si Ud. realmente vive para el Radicalismo como dice, renuncie, a su banca, o a su candidatura, cumpla con la Carta Orgánica  como corresponde, recupere con su ejemplo la credibilidad del radicalismo, sino lo hace, lo único que conseguirá es poner al Radicalismo de rodillas, Ud. se convertirá en un dirigente de un partido fantasma, que ha perdido su razón de ser.-