miércoles, 18 de diciembre de 2019

Etica y Política, la construcción del poder


Si hay algo que uno debe tener en política es una línea de pensamiento firme y auténtica, que además se sostenga en la vida personal.

La ética en el gobierno es el producto de la coherencia de conducta personal de los gobernantes a lo largo de su vida; la transparencia y la decencia de un gobierno es producto de hombres decentes y respetuosos de la ley. Un gobierno de democrático y auténticamente republicano nace de una actitud de tolerancia, solidaridad y apertura personal del gobernante.

Alguien que espera construir algo desde el poder político, debe asumir que el gobierno estará orientado por su propia conducta, y que no debe dejar que influencias negativas de su propio partido o de otros, provoquen cambios de dirección que perjudiquen al pueblo; los que actúan así no necesitan de un relato ficticio para ser reconocidos en el alma de los pueblos, solo hacen, por la sola satisfacción de haberlo hecho bien, y  solo por el bien común.

Es cierto que para gobernar no solo bastan las buenas intenciones, se necesita tener capacidad de gestión, pero esa capacidad de gestión deberá estar necesariamente acompañada de un actitud ética, no es cierto que se puedan hacer cosas de dudoso contenido moral  cuando el fin es bueno, los resultados quedan desvirtuados si los métodos y los procesos se encuentran viciados.

Lo único que un hombre puede dejar a sus hijos es el ejemplo de su conducta, y sus valores personales; en la política es igual, porque el mayor referente que tiene un pueblo en un gobierno republicano es su gobernante, elegido por el pueblo y desde el pueblo, y es aquel en el que el pueblo ve reflejadas sus aspiraciones y sus inquietudes, y su imagen representa aquello a lo que el hombre aspira.

Por eso es que esas formas, por lo menos sinuosas, de aquellos que nos dicen que cualquier alianza, con cualquiera, está bien para conseguir llegar al poder, sin analizar que habrán condicionado el efecto de  todo aquello que se planifica en pos del bien común, y delatan el carácter ambicioso del dirigente, y lo inescrupuloso de sus intenciones.

Nosotros como ciudadanos comunes tenemos el deber de involucrarnos, para impedir que lleguen al gobierno este tipo de hombres, debemos aprender de una vez que el poder del gobierno nace de nosotros mismos, y no de la voluntad de un gobernante, que somos origen y fin del ejercicio del poder y que este poder no puede perjudicarnos, sino que fueron puestos por nosotros en su lugar para resolver la cuestiones que hacen al común.

Artigas dijo alguna vez  "Mi voluntad emana de vosotros y cede ante vuestra presencia soberana", esto implica que existe una responsabilidad colectiva, que no podemos dejar de asumir, afirmando la supremacía de  la soberanía popular impidiendo cualquier avasallamiento, pero asumiendo la responsabilidad  de hacer aquello que sea necesario para mejorar la sociedad, haciéndonos cargo de la parte que nos corresponde como ciudadanos.

Nuestros dirigentes son producto de nosotros mismos, han sido educados de la misma forma, en las mismas escuelas, viven en nuestros mismo barrios, son consecuencia de los valores de una sociedad, y dependen de esta sociedad para gobernar, por eso esta sociedad debe asumir con madurez la parte que le toca, trabajando para mejorar aquellas cuestiones que constituyen los bienes sociales, la educación, sobre todo, pero también colaborando en la formación de las nuevas generaciones como hombres y mujeres responsables, que cuando deban asumir la tarea política reflejen realmente que son producto de una sociedad evolucionada, con valores, donde los preceptos de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que mantienen unida a las repúblicas se sostengan por mandato de la propia comunidad.

No nos engañemos, ni la antigüedad del ayuno, ni la intensidad de la fe, son condiciones necesarias para ser dirigente, la representatividad hace a los dirigentes, y esa representatividad nace del pueblo que se siente identificado con las ideas que sostiene, se ve reflejado en su conducta, y la medida de esa representatividad son las elecciones,  cuando se niega la posibilidad de elegir libremente, cuando se condiciona el voto por la aplicación de mecanismos clientelísticos, cuando se engaña escondiendo las verdaderas intenciones, cuando la discusión política se cierra y las soluciones solo se tratan entre grupos pequeños encerrados entre cuatro paredes, es porque en realidad lo que se busca es burlar la voluntad popular, detrás de un fin personal egoísta y ambicioso.

Por esto es importante que una dirigencia política esclarecida, que realmente represente las aspiraciones de la sociedad, superando las divisiones, elevando el espíritu, puesta a disposición de la sociedad, inicie un camino ascendente, pero este será un camino plagado de dificultades, si no se logra que los jóvenes, influidos por estas ideas, asuman la militancia como un método de esclarecimiento donde posiblemente las recompensas nunca lleguen, y no como una virtual agencia de empleo.

La situación actual nos ha puesto en un escenario donde, hacia dentro deberemos discutir el rol de la política, y los métodos más transparentes y efectivos para que podamos, hacia afuera ser verdaderamente representativos de la voluntad del pueblo.

Carlos Gowland

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Es momento de consensuar y acordar un pacto para cerrar la grieta


No deja de pasar un día sin preguntarme ¿hacia dónde vamos?, pregunto, y me pregunto ¿qué clase de país queremos ser?, y pareciera que la realidad no deja entrever una respuesta, resuenan en la mente las palabras de Arturo Illia, “Todos somos responsables de haber arrojado una piedra”, y vuelvo a lo mismo, ¿porque no logramos delinear un futuro? no solo para nuestros hijos, sin para nosotros.

El rencor en la sociedad parece no terminar nunca, la tan renombrada, y maldita, grieta de la sociedad ya es tan grande, que parece que puede no tener fin, no podemos tener ninguna clase de dialogo que no termine en una acusación descalificadora hacia la postura del otro, después de toda la sangre derramada en nuestro país desde el fondo de nuestra historia, parecemos condenados a repetirla sin solucion de continuidad.

La corrupción de los que estuvieron antes, se justifica con la corrupción de los de ahora, y mientras tanto el 30% de pobres que históricamente tenemos, no cambia, nada parece poder cambiar.

Nosotros hemos caminado casi toda la historia argentina, de los últimos 20 años, y solo hemos visto desencuentros constantes, ya pareciera que nada nos puede unir, si pido que cese la corrupción soy un Macrista Neoliberal, si pido más justicia social soy un kirchnerista corrompido, y para unos y otros estoy condenado a arder en el infierno.

Si creo que es necesaria una ley que despenalice el aborto, pero no quiero aborto gratuito indiscriminado, me condenan los partidarios del aborto por elitista, y la legión de los supuestamente pro-vida me condena y me amenaza con vaya a saber qué clase de males y maldiciones que caerán vaya a saber de dónde.

Pero de la discusión no surge nada que sirva para generar un nuevo dialogo social, todos hablan del dialogo, pero el problema de generar acuerdos sociales a futuro es que la discusión se empantana en un punto crucial, ¿Quién conduce?, quien queda en la historia como el fundador de una nueva argentina?, ¿quien encabeza el pacto nacional que dará a luz una nueva república? Y esto nos condena a seguir sufriendo como sociedad el mismo problema de falta de representatividad de la política.

Adolfo Suarez cuando llamo a sellar los acuerdos de la Moncloa, tenía algo en claro, España salía del periodo más oscuro de su historia, las heridas de la sociedad eran tales, que parecía imposible cerrarlas, sumado al aislacionismo Franquista, que los había aislado casi del resto del mundo.

A Adolfo Suarez no le importo de que partido salían las propuestas, sino que era el momento de ser lo suficientemente abierto para generar una forma de convivencia que evitaría que la violencia política y social se desatara sin control luego de la desaparición de franco, lo curioso fue que esto lo promovía quien venía de la, histórica y fanática, derecha falangista.

Los firmantes Adolfo Suárez en nombre del gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo (por UCD), Felipe González (por el Partido Socialista Obrero Español), Santiago Carrillo (por el Partido Comunista de España), Enrique Tierno Galván (por el Partido Socialista Popular), Josep Maria Triginer (por la Federación Catalana del PSOE), Joan Reventós (por Convergencia Socialista de Cataluña), Juan Ajuriaguerra (por el Partido Nacionalista Vasco) y Miquel Roca (por Convergència i Unió), entraron en la Historia Española por la puerta grande.

En este acuerdo todas las libertades conculcadas por el franquismo fueron puestas en funcionamiento, las empresas debieron abandonar sus conductas corporativas, propias del fascismo franquista, y finalmente ante la amplitud del acuerdo el espectro sindical la UGT y la CC.OO, los tradicionales sindicatos de Izquierda española,  firmaron el acuerdo sometiéndose a la decisión de la mayoría.

De este acuerdo del que tanto se habla y se pontifica, nació la nueva España democrática, las comunidades, con sus estatutos autónomos, y la constitución española, tras este acuerdo la posibilidad del triunfo de un levantamiento militar exitoso fue sepultada por toda la clase política.

El contexto de España, aislada del resto de su continente, atrasada cultural, social y políticamente, estaba además inmersa en una crisis económica sin precedentes hasta ese momento, lo que profundizaba los problemas sociales y políticos, esta crisis que despertó la necesidad de estabilizar el país ante el desafío de la democratización, y de la integración con el resto de Europa, imponía una forma de entendimiento de la sociedad para avanzar hacia un nuevo estado.

¿Pero de que se trataba el pacto?; se trataba de estabilizar política y económicamente dentro del marco democrático del nuevo estado español, mediante un serie de acuerdos en los que el Partido gobernante (UCD), y los partidos de la oposición, principalmente el Partido socialista obrero, el nacionalista Vasco, el Ezquerra Catalán, el partido comunista español, la derechista Alianza Popular, representados en el parlamento se comprometían a apoyar y acompañar medidas que permitieran contener la creciente inflación, establecer nuevas reglas económicas, y dar forma a una nueva organización política y jurídica.

Se sentaron aquí las bases de un nuevo país.

Es obligatorio en este punto adentrarnos en la letra del pacto y hacer algunas similitudes y diferencias, entre el contexto nacional español y el nuestro, y podremos ver que muchas de las cuestiones contenidas en el pacto no serían tan difíciles de formular en nuestro país.

La constitución de las cortes después de las elecciones de 1977 no le otorgaba una mayoría clara al gobierno, y tampoco el senado, conformándose de forma tal que, de no asumirse la necesidad de realizar acuerdos podría haber inmovilizado al gobierno ya hacer fracasar el intento de reformar el gobierno, luego de las elecciones, y aquí cabe aclarar que al aprobarse la reforma que permitió el llamado a elecciones, el franquismo había firmado su acta de defunción como partido gobernante; quedando las cortes constituidas del modo siguiente.-



Fuente: http://www.vespito.net/historia/transi/resulft.html

EL partido gobernante queda claramente como primera minoría con 166 escaños, sumados a 16 de AP, que no siempre sería un aliado, la oposición suma en total 168, no había quorum propio, ni mayoría posible con este panorama político.

En la Argentina hoy con el resultado de las últimas elecciones nuestro congreso se ha conformado de un modo parecido, donde el oficialismo no tiene ventajas aparentes, debe negociar para conseguir quorum, y conceder para conseguir aprobación de las leyes importantes.

Con lo cual podemos afirmar que existe una similitud muy grande en cuanto a la composición de la Legislatura de la Nación.



Fuente: www.iprofesional.com/politica/257603-provincia-de-buenos-aires-cristina-kirchner-diputados-Como-pasara-a-ser-la-nueva-conformacion-del-Congreso-desde-diciembre


Lo que si constituye una diferencia importante y que en la balanza está a nuestro favor, España debía sancionar una Constitución, con todo lo que significa esto en materia de institucionalidad, debido a que la herencia del franquismo había dejado una asociación muy fuerte entre el falangismo y el gobierno, al punto que no existía uno si el otro, puesto que dentro de la lógica corporativa era fundamental para sostener el andamiaje político de la dictadura.

En nuestro caso la posibilidad de caer en totalitarismos, es hoy casi imposible, y tenemos una constitución que, si bien no es la mejor, consagra a existencia de todas las instituciones democráticas, y los derechos políticos y sociales, asi como las garantías necesarias para el cumplimiento de la Constitución y el aseguramiento de los derechos de los ciudadanos. Lo que hace innecesario en nuestro caso, asegurar los derechos de libertad de reunión, prensa, opinión, etc., que ya están consagrados en nuestra constitución.

En cuanto al contexto económico social, España se enfrentaba al proceso inflacionario más alto de su historia, 44% anual, que era un problema urgente a resolver porque la necesidad de integrarse al mercado común, (la tasa de inflación de la OCDE era del 10%) implicaba poner a la economía en condiciones competitividad con el resto de Europa, que aún no había unificado su moneda, aunque ya se planificada la integración monetaria.

Nuestra Inflación, que no es la más alta de nuestra historia ha llegado al 47% para este año, lo cual nos pone en una situación de similitud, y nos enfrentamos al desafío de completar la integración en el MERCOSUR (hoy en peligro), y con otros países con los deberemos establecer asociaciones económicas estratégicas y de reciprocidad que nos permitas salir y avanzar hacia un mejor destino.

La situación económica española era la siguiente:

El 66% de la energía española era importada, la crisis del petróleo del 73 no fue tomada en cuenta por el gobierno de Franco, que hizo caso omiso al incremento del barril que paso de U$S 1,63 a U$S 14.

Las exportaciones son sensiblemente menores que las exportaciones, y en su intercambio comercial pierde U$S 100.000.000 diarios de sus reservas internacionales, debido a que las importaciones son un 10% más altas que sus exportaciones.

En los últimos 5 años del franquismo la deuda externa alcanza la suma de U$S 14.000.000.000, lo que representaba el triple de las reservas de oro y divisas del Banco de España, el equivalente a nuestro Banco Central.

El endeudamiento de las empresas alcanza niveles extraordinarios, y comienza un proceso de crecimiento del desempleo que alcanzaba a 900.000 personas, de las que solo 300.000 recibían subsidios de desempleo, y que llego en 1998 a 2.000.000 de españoles, el 5 % de su población en ese año.

Haciendo una extrapolación, si trasladamos estos valores a la actualidad nuestra situación económica es parecida en términos proporcionales, con el agravante que nuestra deuda externa es mucho más alta que la española; y tenemos los mismos problemas en términos de desempleo y comercio exterior, o aún peores.

Sin embargo a diferencia de España, hoy tenemos autoabastecimiento energético, y saldos de producción exportables, como el caso del gas que hoy se exporta a Chile.

El Pacto de La Moncloa, estableció las bases del crecimiento futuro de España, salir del oscurantismo franquista para integrarse y relacionarse con el mundo, y establecer un régimen constitucional democrático, consagrando las libertades civiles que no existían, y garantizando los derechos de los ciudadanos, mirando hacia el futuro, pero lo importante fuera de las diferencias y similitudes, era lo que se acordaba, y lo que los distintos sectores, políticos y sindicales aceptaron.

Las medidas adoptadas por todo el arco político fueron

1.       Establecer una política monetaria que frene la emisión de la masa circulante

2.       La fijación de un tipo de cambio realista que contribuyera a reducir la deuda externa, generando mayores exportaciones

3.       En materia presupuestaria se acorto la reducción del déficit fiscal

4.       Se estableció un mecanismo de flexibilización laboral que permitió la contratación temporal, fomentando el empleo de jóvenes que no podían acceder a nuevos puestos de trabajo

5.       Se estableció un mecanismo de flexibilización laboral que facilito el mecanismo de despido, pero que también estableció un límite porcentual a estos.

6.       Se amplió el espectro del subsidio por desempleo, para compensar los efectos de la flexibilización.

7.       Se estableció un mecanismo de incremento de salarios basados en la inflación prevista y no en la inflación pasada, el límite establecido para 1978 se fijó en el 22%, de alguna forma se acordó que los trabajadores no mejoraría su nivel de ingresos por el período 1978.

8.       Se promovió una reforma fiscal que aplico la progresividad en el impuesto a las rentas, mejorando la efectividad del control tributario, intentando lograr que no hubiese evasión fiscal, meta que durante el gobierno de Felipe Gonzalez se logró con amplitud.

9.       Se acordó controlar eficientemente la solvencia de la estructura bancaria y la liquidez de los bancos.

10.    Se desarrolló una política transitoria de control de precios, que evitara que en 1978 se incrementaran más del 22% previsto, se creó una estructura de control de precios con la participación de todos los involucrados, consumidores, empresarios, y gobierno

11.    Se acordó democratizar y mejorar el sistema educativo, acordándose aumentar el acceso a la educación gratuita, cuestión que sería fundamental en el desarrollo futuro de España.

12.    Se acordó el desarrollo de la economía cooperativa para favorecer el desarrollo de la agricultura, fundamentalmente de los pequeños productores, regulándose el funcionamiento de las cajas de crédito rurales, orientándolas a promover el desarrollo

13.    Se reformo el sistema de pensiones y jubilaciones, y el acceso a la salud de todos los españoles.

El resumen anterior no deja de mostrar que lo que se acordó en materia económica fue difícil en general, pero que al final del camino la situación económico social podía estabilizarse y poner el puntapié inicial al proceso de crecimiento, que dio finalmente una importante estabilidad económica.

Ahora si vemos las medidas que se tomaron a la luz de lo acordado en los pactos, no son ni más ni menos, que aquellas cosas que sabemos que deben hacerse en un país para lograr un esquema de desarrollo sostenible en el tiempo, con la ventajas comparativas que tiene nuestro país, en tanto que los derechos políticos están garantizados por la constitución, que no tenemos que construir un país desde el piso, ni salir del oscurantismo medioeval de la dictadura, sino que debemos establecer las bases para el crecimiento sostenido de nuestro país,  haciendo caso omiso de las ambiciones y aspiraciones políticas de los diferentes sectores, no podemos establecer un mecanismo de dialogo que nos permita avanzar en este sentido.

¿Cuál es el problema que nos impide sentarnos a conversar sobre el futuro?

A veces pienso que se trata de un problema de estelaridad de los protagonistas, de sostener los privilegios obtenidos de una clase que, lejos de asumir su deber patriótico, para con la población, solo aspira a ser único protagonista sin comprender que los intereses del país están por encima de los propios, que se constituyeron en una clase privilegiada que se ha convertido en una especie de falsa aristocracia que funciona a espaldas del pueblo.

El país necesita normalizarse y despegar, terminar con los privilegios y establecer bases que permitan construir un futuro común, y eso será imposible mientras que tengamos una dirigencia política, social, sindical y religiosa corrompida por el ejercicio permanente del poder, que creer que tiene el derecho de actuar omnipotente frene a la indefensión de la ciudadanía.

Debemos tener en claro que para llegar al establecimiento de un acuerdo general, se necesita, el compromiso de la ciudadanía, y la claridad de la dirigencia consecuente con la necesidad que tenemos los argentinos de salir de la postración en la que hemos caído.

La situación de nuestro país, amerita que nos sentemos a establecer acuerdos, y que estos acuerdos sean amplios y generosos, que se establezcan políticas socio económicas que nos permiten mejorar y avanzar, sobre todo ahora que tenemos claras condiciones y necesidad de hacerlo, solo asi se cerrará la maldita grieta que nos divide y nos enfrenta.

jueves, 15 de febrero de 2018

Política y Salud; va siendo hora de comenzar a discutir


Es indudable que en cualquier estado moderno la política de salud es, y debe ser uno de los acápites importantes de cualquier plan de gobierno, y debe ser por definición del concepto de república una sola e igual para toda la población, sin distinción de estratos sociales, en el marco de un sistema solidario e integrador.
En el contexto actual, y ya desde hace muchos años el sistema de salud argentino ha dejado de ser un sistema que contenga todas las características anteriores, debido a una serie de continuas deformaciones que terminaron por desdibujarlo como sistema y convertirlo en una caótica forma de prestaciones más o menos eficientes dependiendo de la capacidad económica del prestador o del beneficiario.
Esto ha provocado que tengamos una salud de primera, segunda, tercera, o cuantas categorías se nos ocurran, dependiendo que tan económicamente poderosa sea la obra social o prepaga a la que aporte el beneficiario.
En el último escalón de las prestaciones quedan, por supuesto aquellos que por su grado de desprotección deben acceder a las prestaciones de menor nivel, casi siempre a cargo del estado.
El sistema que se adoptó en nuestro país, ha girado peligrosamente hacia la mercantilización de la medicina, y a la corporativización, provocando todo tipo de desigualdades posibles en materia de prestaciones, y muchas veces lo que diferencia una prestación de “alto nivel”, es solamente una diferencia en la hotelería de los establecimientos, o un mejor marketing profesional, y no necesariamente un mejor servicio.
En los estados que mejor han sabido ordenar y administrar correctamente las políticas de salud, muchos partiendo del sistema Beveridge, mostrado y defendido como uno de los logros más importantes del estado Inglés, modificándolo y generando estructuras aún más eficientes e integradoras en el ámbito de la Salud Pública, como los países Nórdicos, Euskadi y Navarra.
En Euskadi en Particular pude ver funcionando el Osakidetza (Servicio Nacional de Salud de Euskadi), que se encuentra hoy dentro de los seis mejores servicios de salud europeos, cuyas característica es principalmente el trato igualitario en materia de Salud, y en conversaciones con algunos Ciudadanos Euskeras, se percibe como un sistemas altamente eficiente, y prestigioso, cuyos servicios son excelencia, en un nivel superior al de la medicina privada.
En nuestro país, en los comienzos se adoptó este sistema, con una diferencia fundamental, el estado dictatorial de Onganía concedió a los sindicatos, manejados por Vandor, el manejo de las Obras Sociales, dividiendo el sistema, en tantas obras sociales como gremios hay, y luego en los 90, otro estado liberal secundado por la estructura sindical, habilitó la participación, desregulación mediante, del sector privado en el sistema nacional.
Esto derivó en odiosas diferenciaciones de nivel prestacional, creándose un sistema que permitió que hubiese medicina para pobres, en dudosas condiciones, y medicina para ricos, que, a la luz de las últimas noticias, también es en dudosas condiciones.
Lo que si queda claro es que el nivel profesional y científico del hospital público en general, es el más alto de todo el sistema de salud, y que fundamentalmente las cuestiones sanitarias más complejas se resuelven dentro del sector público.
Es de público conocimiento que las obras sociales sindicales, han servido como fuente de financiación de campañas políticas, o han contribuido a incrementar el poder económico de muchos dirigentes, desviando fondos, que deberían haber sido utilizados exclusivamente en la cobertura de salud de sus afiliados, lo que ha estrangulado económica y financieramente al sistema, sumado a la sobrefacturación que se ha detectado que existe en muchos casos, hasta el punto que existen organizaciones privadas que ofrecen sus servicios de facturación, incluso a hospitales públicos, a cambio de una comisión porcentual por incrementar los valores facturados a las Obras Sociales.
Si a esto sumamos que en este esquema de multiplicidad de instituciones, dentro de la estructura de costos de las obras sociales, el gasto administrativo es alarmante con relación a la inversión en prestaciones destinadas a sus afiliados, lo que lo convierte en un esquema realmente explosivo que ha sumido en un desastre financiero a la mayoría de las obras sociales, hasta el punto que, con excepción de aquellas que por volumen de afiliación, son económicamente poderosas, muchas obras sociales de menor envergadura no cubren con las obligaciones económicas asumidas con sus prestadores, cayendo en niveles de atraso de pago, inviables en cualquier economía.
A esto debemos sumar la voracidad económica de muchos establecimientos y organizaciones privadas, cuya única finalidad es la de obtener grandes ganancias, aún a costa de disminuir la calidad de las prestaciones a los pacientes.
Este sistema se ha convertido en un mecanismo perverso, que tiene aprisionado en el medio toda una masa de ciudadanos que necesita soluciones de salud, a las que no puede alcanzar, por sus propios medios.
Cuando Beveridge, en su informe afirmaba que a partir de un aporte, semanal en el caso inglés, podía solventarse un servicio de salud que abarcara igualitariamente a toda la población inglesa, brindando una atención igualitaria, poniendo al estado en la posición de organizador y administrador, en ningún momento pensó en un sistema tan descabellado como el argentino, sino en sistema organizado racionalmente, donde el estado asumiera su rol protector de la salud de sus ciudadanos.
Ahora creo que nuestro sistema de salud, parece herido de muerte, y no hay en el horizonte una luz que indique que este túnel tiene una salida, por lo menos visible. 
Es por esto que es necesario que se reorganice todo el sistema y se elimine gradualmente el actual, integrando obras sociales, débiles en términos económico, con aquellas de mayor solvencia, y gradualmente absorbiendo todas dentro de un sistema nacional, terminando por federalizar el sistema, creando una estructura que parta desde la atención primaria de salud, hasta la mayor complejidad creando un paraguas bajo el cual se cobije a toda la población.-
En la escala de atención desde el 1er nivel hasta alta complejidad, el sistema debe integrar en el primer y segundo nivel a la salud pública municipal, es decir, los centros de atención primaria, y los hospitales locales, que deben ser municipales, que constituyen una estructura más eficiente y de respuesta rápida, la estructura provincial administrando los centros regionales y de alta complejidad, y los nacionales, funcionando como centros de investigación, especializados.
En mi opinión inexperta, esta es la única forma en la que puede ser posible tener un sistema de salud no solo financiera y económicamente bien administrado, sino que permitiría que mejorar sensiblemente los centros hospitalarios, permitiendo crear servicios de excelencia, dentro de la organización pública.
¿Qué pasa entonces con el sector privado?, pues bien deberá existir la posibilidad de optar entre el sector privado y el sistema público, teniendo siempre en cuenta que el sector privado, no puede ser subsidiado por el estado, y que sus asociados deben contribuir solidariamente con el sistema oficial, con una parte de su aporte.
El problema de establecer un sistema nacional integrado es el de siempre en nuestro país, como se administra, en este caso debe crearse un fondo de reserva destinado a la inversión en salud, administrado por un concejo ajeno a las necesidad del equilibrio fiscal del estado, que invierta inteligentemente permitiendo capitalizar las inversiones ampliando su capacidad financiera.
Las permanentes deformaciones del sistema de salud, provocadas a través del tiempo, en tratando de mercantilizar el sistema, o proponiendo soluciones antojadizas, que lejos de contribuir a la integración y solucion de los problemas de salud de la población, para lo único que ha servido es para generar empresarios inescrupulosos, dirigentes afortunados, y administraciones corruptas.
Creo sinceramente que va siendo hora de comenzar a discutir la salud pública, seriamente, y de diseñar un sistema que realmente ponga al ciudadano en el centro, como beneficiario y supervisor de la ejecución de las políticas públicas, dejando atrás un paradigma que desde su inicio estuvo muy lejos de ser una solución eficiente de los problemas de todos los argentinos.


viernes, 8 de diciembre de 2017

Hoy te vi, Tristemente te vi


Hoy te vi en un acto conmemorativo por los desaparecidos en la iglesia de la Santa Cruz, Derechos humanos que solo defendiste cuando los violadores de esos derechos, ya derrotados y encarcelados, y condenados, carecientes de moral y de poder eran rechazados por la sociedad, los mismo violadores que acompañaste y justificaste, como abogada exitosa, vos y tu marido, enriqueciéndose con los deudores de la triste 1050, cuyos derechos humanos fueron violados también, pero de otra manera.
Me preguntaba porque te adueñaste de una causa justa, ¿que no supiste defender, donde están los derechos humanos violados durante tu gobierno?, ¿qué paso con los derechos humanos de los Qom asesinados en el norte de nuestro país, en Formosa Y el Chaco, gobernados por tus amigos?, ¿dónde están los derechos humanos de los pasajeros asesinados por la negligencia de tu gobierno en el Sarmiento?, ¿dónde están los derechos humanos de las desaparecidas por la trata?, donde están los derechos humanos de los Pilagás Asesinados por órdenes de Perón?, ¿dónde están los derechos humanos de los muertos por desnutrición, perdón por “bajo Peso” durante los últimos 25 años de peronismo?, ¿dónde están los derechos humanos de los miles de pacientes tuberculosos que recorren nuestros hospitales?, ¿dónde están los derechos humanos de los jóvenes que se contagian enfermedades venéreas por falta de educación?, ¿dónde están los derechos humanos de nuestros jóvenes que no han recibido una educación que les sirviera para afrontar las responsabilidades del mundo adulto?, ¿dónde están los derechos humanos de los enfermos sin protección social, que no pueden acceder a los hospitales que inauguraste y que nunca funcionaron?, ¿dónde están los derechos humanos de las miles de víctimas de violencia callejera?, ¿dónde están los derechos humanos de los miles de adictos que tu política cómplice generó en nuestro país?, ¿dónde están los derechos humanos de los miles de marginados que se quedaron sin trabajo durante los 25 años peronistas?, y podría seguir indefinidamente, porque el genocidio no es solo de los 30000 desaparecidos, número que ya no importa, porque uno solo hubiese sido suficiente para condenar a cualquier gobierno sobre la tierra.
¿Dónde nos llevaste rodeada de tu banda de aduladores?, hoy te quejas de la justicia, que manipula el gobierno, y que vos misma manipulaste desde el poder, ¿dónde está la independencia de los poderes, que vos misma decidiste anular?, ¿dónde está la transparencia que nos prometieron Uds. dos?, ¿dónde?
¿Dónde quedo la concordia y la paz que reinaba en nuestro pueblo?, ¿cuándo decidiste que era mejor crear un enfrentamiento social, que trabajar para empoderar de verdad a nuestra gente?, ¿dónde está tu reclamada transparencia, cuando vos misma te encargaste de atacar a uno de los hombres más probos de nuestro país?, Leandro Despouis, para poner en su lugar a alguien de dudosa reputación, hoy procesado por la justicia.
¿Dónde está mi país, que hoy ha llegado al punto de no poder comprender en qué clase de laberinto nos hemos perdido?
Creo tu condición te pone en la posición de traidora, y no por la AMIA, sino por todas la ilusiones robadas, por las esperanza traicionada a miles de argentinos que creyeron que podía haber una oportunidad, para el futuro, para sus hijos.
A cualquier desprevenido le digo, no soy del PRO, ni soy Macrista, cualquiera que me conoce sabe que es asi, he trabajado siempre para defender los derechos de la gente, desde el lugar donde me haya tocado.
Aun asi creo que, como siempre ocurre con el peronismo, otro debe tratar de arreglar el desaguisado, otro pagara las consecuencias de tanto desaguisado, otro sufrirá los 26 paros generales, que harán para recuperar el poder, otro deberá pagar el costo de reconstruir con el sacrificio de todos los que vos destruiste, mientras vos alegremente seguís seduciendo, mintiendo engañando y trampeando, pero posiblemente alguna vez nos demos cuenta, y todos los traidores deban rendir cuentas de alguna manera

martes, 20 de junio de 2017

Tribulaciones de un radical sobre nuestra situacion política


Existen varias posibilidades en la vida, una es ayudar a construir, otra es colaborar con la destrucción, y la tercera es no construir ni destruir, la de los tibios, la de aquellos que deciden mirar sin participar especulando con el resultado que, dependiendo de quién gane la pulseada, los posicionará más o menos bien en un sector o en el otro.

A lo largo de mi vida, por pura curiosidad, pude acceder al conocimiento que me permitió forjar mis convicciones y que como valor agregado me puso en el camino que escogí seguir, las obligaciones contraídas fueron cumplidas, porque asi aprendí que lo hacen los hombres de bien, también aprendí que hay cosas con las que “no se Jode”, porque tienen que ver con el desarrollo y el bienestar de las persona que nos rodean.

De alguna forma, la enseñanza cristiana recibida, me enseño que hacer el bien, tiene destinatario, pero no reconocimiento, y que asi debe ser, porque la satisfacción es solo la del deber cumplido.

Además de esto mi formación política, que vinculada al entorno familiar, fue lo suficientemente heterogénea, y abierta, como para permitirme elegir cual era mi destino político desde el punto de vista ideológico, y asi decidí sostener aquellas convicciones con las que me identificaba.

Asi fue que por formación, por elección, por admiración hacia otros hombres, soy Radical, y comulgo fervientemente con las ideas de mi partido, y soy radical desde que tengo uso de razón (no es, en el fondo, tanto tiempo) y como Radical que soy, he participado en cuanto espacio encontré en el partido cuya metodología fuera, sobre todo, coherente con mi pensamiento, y en cuanto esa agrupación se apartara de aquellos ideales que sustentaban la causa, también supe retirarme.

Son esas convicciones que a veces provocan que uno se retraiga, con el objetivo de tomar un poco de distancia respecto de los acontecimientos, y poder tener una opinión libre de pasiones sin caer en la tentación de inclinarse hacia uno u otro lado.-

Aunque los últimos acontecimientos del país no dejan de causar un estado de estupor permanente, y todo termina por caer en esta desmesura propia de los argentinos, que pareciera que impide que iniciemos un camino de construcción de la nacionalidad.-

Desde fin de año hemos caído en la vorágine electoral, las garras afiladas de todos lo que buscan ocupar un espacio de poder (al que la mayoría cree que debe llegar, por derecho de militancia, derecho que, por otra parte, le niega al resto de los militantes), por lo tanto se olvidan las causas, se olvida que la política es esencialmente un servicio público, destinado a generar un mejoramiento permanente y continuo de la calidad de vida de los ciudadanos, donde se respeten sus derechos y se conviertan en realidad sus anhelos, sus proyectos de vida en prosperidad y paz, (La felicidad de la patria).-

El derecho generado en la militancia es pernicioso, porque tiende a generar un nepotismo dirigencial, que mucho daño hace a la causa, y poco beneficio a la comunidad, olvidando el fin último de la política, la militancia carece de derechos, porque su finalidad es la de generar conciencia en la sociedad, que apunte a promover cambios en la conducta social de los ciudadanos, y movilizar la opinión consolidando las bases sociales sobre las que se asienta el partido político, por eso la militancia política debe ser el ejercicio de la concientización social, y no una simple especulación de cargos, que lejos de construir, destruye.

En ese tren del olvido la dirigencia está enfrascada en una pelea de perros, se enrostran la corrupción de unos frente a la de los otros, y en esa pelea la corrupción pasa a segundo plano, y lo importante no es el delito de corrupción sino lo rimbombante de la denuncia, y del denunciante, el tono de voz y el volumen de los gritos, y como da en cámara.

Pero para tristeza de la dirigencia política, el país sigue en movimiento, la sociedad avanza constantemente y el mundo, normal se desenvuelve, y como todos los días una multitud observa atónita como la política transita por un lugar, donde la ciudadanía parece no estar invitada.

Sin embargo la sociedad no cesa de reclamar un poco de normalidad, y pudor por parte de esta nueva dirigencia, que de tan mediática parece surgida de un programa de escándalos televisivos, más que de un partido político, la política tardo más de cien años en comenzar la práctica del juicio por jurados, con la excepción deshonrosa de los delitos de corrupción, que pareciera que nunca van a ser juzgados como corresponde, y que quedaran en investigaciones inconclusas que de apelación en apelación se perderán en una nube de tecnicismos que nunca llegaran a aun fin coherente, mientras tanto como dijo en 1910 un Presidente de Francia (Clemenceau), algo asi como que “el pueblo argentino es tan laborioso que recupera trabajando de noche, lo que los políticos roban de día”, por eso el pueblo hace caso omiso, sigue trabajando, avanzando más que las instituciones, aunque, por las dudas, alguien sigue diciendo que el pueblo todavía no está maduro para algo, que no se sabe bien de que se trata.

La política no ha dado respuestas a la sociedad y sigue sin dárselas, como tampoco las da la justicia, o la legislatura, porque solo basta que alguien llegue a ocupar un cargo, para que olvide de a quienes, le debe su cargo, excepto aquellos que aportaron económicamente a su campaña, para colmo de la situación el congreso decide consagrar legislativamente el lobismo, que solamente ayuda a conseguir mayores beneficios de campaña, a cambio de otorgar tal o cual beneficio al grupo económico aportante, lo que definitivamente terminara por divorciar al pueblo de quienes dicen ser sus “legítimos” dirigentes.

La política debe oír, entiéndase Oír, como escuchar, comprender, “poner la oreja”, sin hacer oídos sordos, e intentar dar aquellas soluciones que se deben dar (no las que se pueden, las que se deben), y si no se pueden dar explicar las razones, o indicar los caminos a seguir, en un mecanismo de realimentación que nos permita nutrirnos de las necesidades populares, y a la luz de la ideología a la que suscribimos elaborar las propuestas de solucion a los problemas que se nos plantean.

Hay en el medio de la política una cadena que cortar, la de la intermediación, que impide que la realidad se ponga a la vista del poder, porque como en general la política se ha convertido en una especie de mercado de cargos donde el pueblo, la gente, se queda afuera sin tener la más mínima idea de quienes, o qué, es lo que se va a elegir; …  total… todo se negocia desde el poder pensando que esta nueva moda del marketing político nos va permitir poner un nombre más o menos importante encabezando una lista, y el resto se completa con amigos o parientes, total no es importante que representatividad tenga el resto.

Desde el poder difícilmente puede verse la realidad porque el dialogo popular quedo en manos de los referentes, los referentes, aquellos hombres de … (el poderoso de turno), que siempre están en medio de la relación entre el pueblo y el partido, que se dedican a medrar con unos y otros, solamente llevando y trayendo equívocos mensaje, y como el clásico puntero disfruta de los beneficios que unos y otros pueden repartir, cargos entre la parentela, comisiones por los subsidios conseguidos, módulos de asesor, algún que otro pasaje, teniendo en sus manos la llave de la felicidad de los de abajo, y de la estabilidad en el cargo de los de arriba, administradores de la mentira que disfrutan de los beneficios, siempre, porque en definitiva si el poderoso cambia, irán con su mercadería a ofrecer sus servicios de intermediación al que venga, total el discurso que llega la pueblo es solo su propio relato, porque en definitiva nunca habrá nadie para discutirle.

En medio de esto los radicales estamos en una disyuntiva, dejamos el partido en manos de estos nuevos gerentes de la política, y descansamos, o buscamos dar nuevos aires reviviendo las ideas, oyendo a la gente, elaborando una propuesta política sólida, que apunte a dar respuesta, pero a la luz de nuestras convicciones.

La ilusión del partido de cuadros a la inglesa como el Laborismo, o a la española como el PSOE, se ahogó en su propia iniciativa, porque no tenemos el elemento nutriente de esos partidos que son representativos de la Izquierda sindical de sus países, se mantienen y alimentan de las clases obreras, altamente politizadas.

Nosotros somos un partido popular, y como tales nos nutrimos del pueblo, de TODO EL PUEBLO, sin distinción de clases, ni credos, lo que nos nutre es la opinión popular, generalizada, las entidades intermedias, los trabajadores, los artistas, los intelectuales, que surgen de lo más profundo del tejido social, y atendiendo a ese tejido social, somos republicanos, y democráticos, porque no comprendemos una sociedad que pueda vivir sin esos valores de igualdad, justicia y libertad.

Hay que construir esa alternativa, seguramente recogiendo los pedazos que quedaron en el camino, pero tengamos claro que debe ser creando haciendo de la sociedad un estado de conciencia, donde se comprenda que la verdadera política surge del pueblo, y no de las alturas, que gobernar es gobernarse, que debe recuperarse la solidaridad social, reconstruir el tejido conectivo que nos une, que nos impulsa a avanzar, hacia un nuevo futuro, con las convicciones de ayer pero con la vista puesta en el mañana, somos el partido de Alem, Yrigoyen, Alvear, Pueyrredón, Sabatini, Lebhenson, Larralde, Illia, Alfonsín, y todos nuestros próceres políticos, que aportaron su sabiduría a nuestras convicciones, nos aportaron una historia, y en honor de esa historia debemos elaborar un nuevo partido, más representativo, más moderno, adaptado a los tiempos venideros que se convierta en una alternativa de poder posible, que incluya a todos y sea auténticamente representativa de todos los hombres y mujeres que tienen fijadas sus esperanzas en un país mejor.-

viernes, 12 de mayo de 2017

Reflexiones a Propósito de la epoca

Cuando hubo que hacer orden de prioridades, La Unión Cívica Radical tuvo a quien estuvo dispuesto a hacerlo, con la valentia que el momento necesitaba.

Un dirigente que no solo era "prolijo", sino que era Valiente, mas alla de lo que se conoce de el.

Que era un hombre de una claridad meridiana, en cuanto a lo que la política debía darle al país.

Que supo lo que era planificar una gestión, que aplico una estrategia que nos iba a sacar de la postración en la que el país había... caído. 

Que tubo la claridad suficiente para darse cuenta que la Democracia real era el único camino que podía llevarnos hacia un futuro promisorio. 


Que se enfrento de verdad a la multinacionales, poniendo los intereses del país y del pueblo por delante. 


Que sufrió el embate de medios de comunicación que propiciaron y consiguieron el golpe. 


Que a pesar de haber mejorado la calidad del trabajo y del salario en términos reales, recibió la peor respuesta del sindicalismo. 


Que mejoró la educación en términos de presupuesto y calidad, porque entendía que solamente un pueblo instruido podía asumir las responsabilidades ciudadanas. 


Que se enfrento a las potencias hegemónicas manejando una política exterior realmente independiente. 


Que consiguió la única victoria diplomática con relación a la soberanía de las Islas Malvinas. 


Que Valientemente enfrento a los Golpistas que lo derrocaron, que no se llevo nada en los bolsillos el día que fue derrocado. 


Que prefirió trabajar de ayudante de un panadero, antes que recibir la Jubilación de Presidente que por derecho le correspondía. 


Que por su accionar, en lo personal y en lo publico, se lo llama Justamente, Apóstol de los pobres.
Por todo lo que le dio al país, es necesario un justo reconocimiento, y que los argentinos pidamos perdón por no haber comprendido que lo que hizo por nosotros, era solamente un país, con ciudadanos responsables de su destino, y no manejado por "Iluminados", sino con gente como todos nosotros.


Por todo eso humildemente, en nombre de aquello que creo y que forma parte de mis convicciones,  lo único que puedo decir es Gracias Dr. Arturo Umberto Illia, por haber sido el ejemplo de vida que muchos hemos elegido, para nosotros y para nuestras familias,


....y perdón,

..... por no haber aprendido nada.


Carlos Eduardo Gowland.

martes, 25 de octubre de 2016

Pequeña reflexión acerca de los índices de pobreza


Alguna vez, tratando de hacer una breve historia de la violencia en la Argentina, trate de entender que la pobreza es, posiblemente, el mayor ejemplo de violencia social que existe; y cuando se intenta ocultar detrás de una supuesta lucha por los derechos sociales, en aras de la supremacía de pobres sobre ricos, que nunca es tal, porque el triunfo nunca llega, porque ocurre en un escenario en el que los ricos son más ricos y los pobres son más pobres; Porque a partir de la inmoralidad de un poder corrupto que vende la ilusión de una inclusión inexistente, solo puede generarse un estado de violencia e intolerancia social, que necesariamente va a desembarcar en un conflicto que, lejos de provocar una revolución social que cambie todo un paradigma de poder socio económico, solo va a conseguir acentuar aún más los privilegios de unos pocos, al mismo tiempo que provoca una sumersión aun mayor de los desposeídos.

Cuando el ex ministro Kiciloff, nos dijo que la edición del índice de pobreza era un dato estigmatizante, no solo mostraba una voluntad de su gobierno de ocultar la realidad detrás de una cortina de buenas noticias (que no eran tales) , sino un profundo desprecio por la vida de aquellos que más sufren, negando la realidad, creyéndose su propia mentira, para terminar escondiendo la cabeza como el avestruz, asi lo que no se ve, no se siente, no se sabe, y lo que no se sabe y no se siente, no existe.

Pero, ¿a quién le servía ocultar el índice de pobreza?, ¿Qué nos dice ese índice?; en primer lugar ocultar el índice de pobreza sirve para que los actores sociales desconozcan cual es la verdadera situación en la que se encuentra la población en general, y también permite crear una ilusión de bienestar, porque en general se cree que en la existencia de una supuesta prosperidad, esto porque además aquellas personas en situación de pobreza, que  perciben un subsidio no se consideraron como desempleados, profundizando aún más la mentira de los índices.

En segundo lugar, esta mentira es funcional al capitalismo mas exacerbado, que asi no necesita de ninguna acción políticamente inconveniente para satisfacer su necesidad de un mercado laboral repleto de pobres, sin educación, ni capacitación; puesto que al ocultarse la verdad, no es necesario comprometer su nombre reclamando al gobierno mayores ajustes, ganándose la antipatía de la ciudadanía, sobre todo porque el gobierno (cómplice) los hace y los oculta sin mayores pudores, detrás de la no estigmatización estadística.

La segunda pregunta, tiene muchísimas derivaciones, este índice no solo es un indicador económico que nos informa que si alguien obtiene ingresos menores a una suma limite, es oficialmente pobre; y de acuerdo a la cantidad de personas que pueden encontrarse en esa situación, de acuerdo a un sector poblacional estudiado, se puede saber que el porcentaje de pobreza es tal, con relación al total de la población.

Si fuera solo esto, el índice de pobreza no es nada más que un dato económico agregado a todos los datos económicos que se elaboran desde el INDEC, y nada más.

Pero no es así, el índice de pobreza, también nos habla de nuestro funcionamiento como sociedad, nos dice que en la sociedad hay una cantidad innumerable de gente, que son nuestros conciudadanos, que no alcanzan con sus ingresos a acceder a los servicios y bienes a los cuales muchos de nosotros podemos acceder sin mayores problemas.

Nos dice que seguramente esas personas no pueden obtener una educación de calidad, o servicios de salud adecuados a sus necesidades, o deben vivir en zonas donde los riesgos sanitarios y de seguridad, serán seguramente los peores, o que tendrán los peores trabajos en las peores condiciones.

Nos habla de personas que posiblemente no tengan una vivienda digna, abrigo, viviendo muchos en condiciones de precariedad que muchos de nosotros jamás aceptaríamos como posibles.

Nos dice que su vida está condicionada a la ayuda de otros, que necesitan del concurso de todos los otros, porque su vulnerabilidad es tal que difícilmente puedan lograr mantener un nivel de vida no adecuado, sino solamente aceptable.

Determinar el índice de Pobreza puede ser estigmatizante, pero no para los pobres, debe ser estigmatizante para el resto, para aquellos que nos podemos bañar dos veces por día (como dijo Ricardo Darín), para los que podemos pagar el almuerzo sin mayor esfuerzo, para los que tenemos la posibilidad de tener mejor salud, mejor educación, mejor transporte, mejor seguridad.

Es estigmatizante para la dirigencia política, que tiene la responsabilidad de crear las condiciones económicas necesarias para que la pobreza no exista, que debe poner los límites razonables al capitalismo para que la ganancia sea normal, que debe crear a condiciones que permitan que la movilidad social ascendente sea una realidad.

Es estigmatizante para el poder político, que debe ser el motor del desarrollo y la integración social, que es el que debe administrar la redistribución de los recursos, y en cambio desarrolla sistemas políticos orientados a la creación de relaciones de dependencia, orientadas a crear una sistema clientelar, que está muy lejos de la tan pregonada movilidad social ascendente.

Independientemente de esto, no medir la pobreza nos habla de la insensibilidad de un poder político, al que nada le importó, más que su egocentrismo, que gobernó mirando su propio ombligo, que no tuvo más interés que tomar el gobierno como forma de asegurar sus negocios y los de sus amigos, donde la amoralidad fue la característica. Que ocultó la pobreza deliberadamente, no solo porque no quería ser culpado de todas aquellas cosas terribles, que se derivan de la pobreza, sino porque necesitaba ser funcionales a la forma más salvaje del capitalismo.

Esto es propio de aquellos gobiernos de tinte autoritario, que creen que la sociedad debe estar sujeta a sus caprichos y determinaciones, y que no tiene que rendir cuentas de sus actos, como los gobernantes absolutos, investidos por derecho divino.

Eso si todo detrás de un falso discurso progresista, mentiroso, en suma una versión moderna de aquel régimen Falaz y descreído, que alguna vez el radicalismo combatió, levantando la bandera de los desposeídos.

Carlos Eduardo Gowland