domingo, 27 de marzo de 2016

Municipio y Salud, una discusión necesaria


Hace un tiempo, pretendiendo hacer abstracción de la realidad, intente dedicar este espacio al análisis de la cuestión municipal, debido a que consecuentemente con mi pasión radical, soy un municipalista, que entiende que gran parte de los problemas estructurales de la provincia y del país son, en parte, por haber negado la importancia que tiene el municipio como la organización preexistente al estado.

Los argentinos tenemos la particularidad de quedar a medio camino, los programas energéticos nunca se terminan, las obras viales nunca se completan, las obras sanitarias mucho menos, la educación nunca es lo importante que debe ser, etc.

Somos el país del medio hacer, y en ese medio hacer discutimos si esto debe ser tal o cual cosa, la nueva constitución no pudo consagrar el parlamentarismo y lo dejo a medio camino, de un régimen que, a pesar del intento, consagro más fuertemente el presidencialismo; esto con el agravante que debido a las formas electorales adoptadas no existe posibilidad alguna, que el Jefe de gabinete pueda ser censurado por el parlamento.

Bajando un poco, la Provincia de Buenos Aires tampoco consiguió consagrar un texto constitucional que alineara detrás de un proyecto común a todos los bonaerenses, y esto es porque se sigue negando el derecho a la autonomía de los municipios, en aras de la acumulación de poder en manos de los gobernadores.

Esta mitad de camino permanente, provoca que las políticas provinciales nunca definan plenamente, responsabilidades, procedimientos, funciones; así la provincia se ha convertido en un elefante difícil de movilizar, poco eficiente a la hora de planificar, concretar, y hasta enfrentar una crisis.

La Educación en manos de la provincia está en crisis, la Seguridad en manos de la provincia está en crisis, las obras públicas en manos de la provincia nunca se terminan, la distribución de impuestos lejos de ser justa es un problema para los municipios, la Salud en manos de la provincia es un problema y cada vez más serio.

Precisamente es en el último tema, donde debiéramos detenernos, para empezar a comprender por qué la provincia debe ser institucionalmente reformada.

La gestión de Salud Publica ha sido, y con creces, la peor de toda la historia de la provincia de Buenos Aires, desde hace un siglo que no se veía una administración de salud tan deficiente como la iniciada en 1989 hasta la actualidad, que se caracterizó por la permanente improvisación ante cualquier situación, de mostrando una permanente inexistencia de una planificación realmente seria.

El desastre generado en materia de Salud, se vio reflejado cuando al declararse la epidemia de Dengue, se designaron dos hospitales, uno provincial y otro nacional para derivar las pruebas de laboratorio, y llegado el momento estas no tenían el material necesario para realizar los estudios bacteriológicos, para los que habían sido designados.

El  actual esquema de salud es un derivado de la profundización de una política de centralización, orientada a la utilización de los recursos en beneficio de la política partidaria, y no de la promoción social de la comunidad, invertir en la salud no es un buen negocio político para nadie, pero si lo es distraer los recursos destinados a preservarla.

Lamentablemente la política siempre ha creído que solo hay que ocuparse de lo que se ve, por lo tanto la única inversión posible en salud es la que se ve, el anterior gobierno provincial (y los anteriores a él, también), así lo entendió, y construyo cosas inservibles, pero visibles, pintadas de colores brillantes.-

Estas son las razones, que indican que el manejo inmediato de la salud pública debe ser municipal, puesto que el municipio tiene la posibilidad de una rápida capacidad de respuesta, por su cercanía física con el problema, y la proximidad con el ciudadano.

Desde hace un tiempo se discute este tema, hay muchos dirigentes políticos de toda la provincia que consideran la salud pública como un gasto, caracterizándola como el cáncer de la administración pública, que impide que se puedan prestar correctamente el resto los servicios municipales, y que la salud debiera estar en manos del estado provincial.-

Ocurre, que hay aquí una mala noticia, ¡Los hospitales públicos en manos de los municipios, seguirán estándolo, sin posibilidades de modificar este status!, esta es una discusión vana, el estado provincial no va a revertir una decisión tomada a principios de los ochenta, y mucho menos cuando se desentendió de este problema, y seguirá haciéndolo, o digamos gestionando en forma descentralizada.-

Ahora bien, es necesario tener en claro que es lo que significa la prestación de  servicios de Salud, porque no es solo mantener un hospital, el concepto es mucho más amplio, debido a que debemos entender que implica prestar un servicio de salud pública integral, desde una concepción moderna.

La prestación de servicios de salud empieza por una planificación correcta de los servicios, porque el costo hospitalario se controla desde la prevención, es decir que la salud empieza por atender correctamente la prestación de los servicios habituales; puesto que de esto dependerá que los hospitales solo reciban aquellos caso cuya prevención resulta imposible de controlar, por la complejidad de su patología, y no por la falta de una política preventiva.-

Como ejemplo; el control del alcantarillado urbano, que provea un correcto drenaje de las aguas de lluvia, evitando el estancamiento, la ejecución de desagües pluviales, y su limpieza, el corte del pasto que crece en las cunetas de las calles de tierra, son tareas que actúan preventivamente sobre la salud, porque evitan el estancamiento del agua, y  la proliferación de insectos y gérmenes dañinos.

La provisión de agua corriente, correctamente potabilizada, con el correcto mantenimiento de los ductos de agua, y la ejecución de obras de cloacas, y de las plantas de tratamiento correctamente mantenidas y en funcionamiento, son los pilares fundamentales donde se apoya la política de prevención; del mismo modo el retiro, la separación y la disposición final de los residuos, en sitios específicamente acondicionados; El control de plagas urbanas, y la sanidad animal, constituyen, por si, acciones que impiden que se dispare el costo hospitalario.-

El municipio en su misión de gobierno, tiene la obligación de prestar servicios de salud, porque no hay autonomía posible si el municipio no se hace cargo de estas políticas, el problema son las condiciones en las que se debe hacer cargo, que generalmente son las peores, porque normalmente no se cuenta con la totalidad de la infraestructura necesaria, ni los recursos económicos.

Aquí es donde los detractores de la Salud pública municipal, tienen su más fuerte argumento, puesto que es el déficit que provoca la administración de salud, pues bien esta es la mejor respuesta, salud publica no significa salud gratuita, debido a que existen numerosas fuentes de financiamiento para solventar el costo de implica prestar servicios.

El primero es la coparticipación de salud, que depende de las estadísticas de atención, que los establecimientos deben confeccionar, que no solo sirven para recaudar sino que son un elemento importantísimo a la hora de desarrollar políticas.

La segunda fuente de financiamiento la constituyen las tasas por servicios de salud, que funcionan como fondos específicos, para el financiamiento de los insumos hospitalarios, y el equipamiento.-

Los recursos provenientes de los programas de salud provinciales y  nacionales, como el actual plan Sumar, y otros que permiten obtener una ingreso adicional como contraprestación de prácticas orientadas a un sector poblacional determinado.-

Hasta aquí los planes de fomento de orden público, pero además la posibilidad de prestar servicios a las obras sociales, implica también un ingreso importantísimo, que a partir de la descentralización, que reemplazó el anterior sistema de autogestión, permite que los establecimientos municipales, puedan celebrar convenios prestacionales, con cualquier obra social, que incluso son alentados por la superintendencia de servicios de salud.

La celebración de convenios es una práctica saludable, puesto que ante el retroceso de la salud privada tradicional, a manos de conglomerados financieros cuya finalidad es la obtención de ganancias, producto de una atención que lo único que tiene de diferente al hospital es la calidad de la hotelería, y en algunos casos si siquiera eso.

En los distritos donde no existen efectores privados, este es un sistema que permite obtener recursos, que no solo incrementan, el salario de profesionales y empleados a través de la redistribución de los ingresos provenientes de la facturación, sino que si se actúa eficientemente, permite compensar el déficit del tesoro municipal. Así los hospitales de pueblo combinan todos los sistemas existentes, siendo la única posibilidad de sostener e incluso mejorar su capacidad de atención.

No se trata de competir con el sector privado, puesto que a nivel de la opinión popular, el hospital público está mucho mejor considerado que el efector privado, puesto que en la apreciación empírica se percibe que los grandes logros en materia de salud provienen del hospital público, por lo que en realidad el sector privado es quien debiera competir con el público, en un sentido positivo actuando subsidiariamente.

La salud es, sin lugar a dudas, el bien más preciado del hombre, y uno de los derechos más importantes del ciudadano, y al mismo tiempo, una de las más importantes obligaciones del estado es la prestación de servicio de salud acordes con ese derecho, el municipio en su carácter de estado primigenio no puede sustraerse a esta obligación.

El gobierno de la Provincia es el ente que debe establecer, con acuerdo de los municipios, las políticas globales de salud, y abastecer a las autoridades locales de los recursos necesarios para llevarlas adelante, apoyando fundamentalmente las acciones preventivas, que son las que impiden que los hospitales se transformen en un gasto insostenible; esto también implica un escalonamiento de la atención basada en la complejidad, donde los hospitales interzonales sean los receptores de aquellos casos que por sus características y complejidad no puedan ser resueltos por las estructuras locales.

Por supuesto que esto implica que la política de salud sea una política de estado controlada por los ciudadanos, por lo que no sería descabellad que así como existen los consejos vecinales de seguridad, también existan a nivel de salud, siendo un ámbito donde se discuta la política de salud desde el punto de vista de la percepción ciudadana.

Cualquiera diría que la fijación de la política de salud, no puede ser producto de la discusión ciudadana, porque es una cuestión privativa de los profesionales, pero aquí hay una cuestión que debe contemplarse; corresponde a las profesiones de la salud, el análisis y la proyección y la ejecución de las políticas fijadas desde el poder político, quien es el responsable de determinarlas atendiendo el reclamo y la necesidad de los ciudadanos.-

El ciudadano debe participar de la fijación de las políticas de salud, porque se trata de su salud, que se ejecuta con el producto de sus aportes, para lograr vivir y desarrollarse en una sociedad medianamente organizada, y orientada a la felicidad común.-