miércoles, 28 de enero de 2015

Reflexiones sin titulo


En el norte de nuestro país, alguien se muere de hambre, porque no figura en una estadística por desnutrición, sino que tiene “Bajo Peso”; un eufemismo inventado para ocultar uno de los flagelos que los últimos 20 años de la Argentina no han conseguido desterrar; en el centro y hasta el sur más lejano alguien se morirá de frio, porque por su condición no puede acceder a ninguna forma de calefaccionarse, eficiente, económica y sustentable; en los centros urbanos más poblados alguien morirá envenenado lentamente, por residuos químicos arrojados sin control, filtrados hacia las napas de agua; alguien morirá producto de la infección provocado por buscar en la basura algo que dignifique su vida, en otros lugares del país morirán producto del envenenamiento por los residuos químicos desechados por la minería a cielo abierto.

Todos tendrán un hilo conductor común, la mayoría serán niños o ancianos, la mayoría serán pobres, la mayoría no tendrá educación.

En otras partes del país, un exportador de granos decidirá que no va a liquidar las divisas de lo que vendió, o un productor decidirá arrojar como basura su producción antes que venderla al costo que impone el mercado, y un gobierno permitirá que la perversidad de la intermediación destruya las ilusiones de mejora social, alguien decidirá que no merecemos tener industrias y provocara una escalada de desempleo, que el papel deberá ser más caro, y no habrá cuadernos, que no es suficientemente caro el precio de la carne, que los intereses son demasiado bajos, que los sueldos son demasiado altos, que la rentabilidad financiera es más importante que producir, que no se necesitan científicos, que lo que se produce debe ser poco para que se sostengan los precios, que los impuestos son demasiado bajos, que la salud es demasiado barata, que los medicamentos no deben estar al alcance de todos, que no importa, aunque baje el precio del petróleo el combustible será siendo caro, que no necesitamos justicia.

Todos los que tomen las decisiones tendrán algo en común, la mayoría serán ricos, la mayoría tendrá educación, la mayoría no serán niños, ni ancianos, la mayoría no tendrá remordimientos.

Esto es lo que ocurre cuando la cultura del exceso se consolida en el poder, se pierde la conciencia, la dimensión del efecto que tienen las decisiones que se toman, en pro de obtener mayores beneficios, políticos, económicos, sociales, concentrados en pocas manos.

Y el exceso consolidado en el poder, sea político, económico, social, cultural, provoca que las sociedades se dividan entre los que disfrutan de los beneficios, y el resto, generalmente la mayoría, generando un modo de violencia sorda, que sin estallar termina que el resto se arroje en las manos de quien ofrece las soluciones más rápidas, más efectistas, y seguramente más inútiles.

Así en el proceso se muere la gente, olvidada, callada, y anónimamente, sin que las tapas de los diarios les dediquen más tiempo que el que necesitan para lastimar al poder, y menos del que se necesita para crear la conciencia necesaria en el pueblo, y los gobiernos justificaran el abandono culpando a los medios, y a los mercados, y los empresarios culparán al gobierno o a los medios según convenga.

Entretanto en algún lugar del país mientras alguien tira comida, otro se muere de hambre, mientras alguien consume más energía de la que debe, alguien morirá de frio, mientras alguien sigue tirando basura sin control otro morirá por una infección desconocida, mientras tanto alguien decide ganar más de lo que debe alguien caerá en la pobreza, casi sin solución de continuidad, inexorablemente.

Al mismo tiempo lo único que se distribuye es la injusticia, lo único que se distribuye es el egoísmo social, lo único que se distribuye es el odio.

Seguramente el que lea esto se encogerá de hombros y dirá ¿y yo que puedo hacer?, la respuesta es TODO, tomar conciencia, asumir la condición de ciudadano responsable de gobernar-se, con la capacidad de exigir pacifica pero inexorablemente que termine al inmoralidad del derroche, del abandono, de la pobreza, porque el país se hace entre todos, o no faltara mucho tiempo para que desaparezca bajo el peso de nuestra propia desidia.

martes, 27 de enero de 2015

En el aniversario del holocausto


Por razones que tenían que ver con el trabajo de mi padre, crecí toda mi adolescencia y parte de mi juventud oyendo términos, como goy, Yom Kippur, Rosh Ashana, shikse, yidish, rabino, bar miztvá, etc. Todos me resultan familiares, porque tienen que ver con parte de mi vida, con algunos amigos que coseche en el camino, que traen el recuerdo de buenos tiempos.

Hoy me traen otros recuerdos, de cosas que he leído, y me han contado, se cumple un nuevo aniversario del hecho más terrible que recuerda la humanidad, el inicio del Holocausto, del intento de destruir en masa a toda una etnia, y una religión con el solo motivo justificar el odio y rendirle culto a la muerte.

El genocidio no era nuevo, lo practicaron los gobernantes más crueles de la historia, es la sistematización de  la perversidad, el odio, la intolerancia, la brutalidad, justificada por una supuesta superioridad de unos sobre otros.

El Nazismo infringió a la humanidad el daño más terrible que se podía, porque consiguió que aún hoy persista el odio racial y religioso, y se lo siga utilizando como herramienta para justificar, la inoperancia propia de los dictadores.

Todavía escuchamos términos como judío, negro o chino de m..., que nos roban todo, que se enriquecen a nuestra costa, que tienen todas la oportunidades, y todo un rosario de tonterías, que hacen más que desnudar los defectos que tenemos como sociedad.

Todavía estamos a tiempo de cambiar y enterrar el odio, de una vez por todas; guardar en la memoria hechos como este nos debe servir para entender, que si no combatimos el autoritarismo, la tiranía, y el desprecio por el que es diferente, siempre estamos en riego de ser nosotros las victimas de nuevos holocaustos, porque en el mundo sobran locos mesiánicos capaces de cualquier cosa.

A todos aquellos amigos Judíos, o no, solo les puedo decir a modo de homenaje, ¡Memoria, Shalom Aleihem! (la paz sea contigo).

 

Carlos Gowland.

Un comentario sobre las palabras de la Presidenta


Parece que no se hizo nada en materia de derechos humanos hasta el 2003, y nada con relación a la AMIA y al Atentado a la embajada hasta que llegaron El, y Ella, pero para desgracia, todavía algunos tenemos un poco de memoria, creo que vale la siguiente aclaración.

1) En 1983 a horas de haber asumido, el Presidente Raúl Alfonsín, inicio la denuncia que dio lugar al Juicio a las Juntas, primero caso en la historia, donde un país juzgaba a sus propias autoridades sin intervención extranjera, el único antecedente parecido se había dado en Grecia, liego de la caída del gobierno de los coroneles. A los que estábamos viendo la Cadena Nacional esa noche, nos corrió una gota de sudor por la espalda, producto de la sorpresa, y también de temor por lo que pudiera pasar, en un momento donde las Fuerzas Armadas tenia todavía un importante poder sobre un sector reaccionario de la opinión pública.

2) como testigo del modo en el que se dieron las leyes de Obediencia Debido y Punto Final, creo que no había salida posible, y ante la opción de un nuevo baño de sangre, no era lo mejor, sino lo único que se podía hacer, y se hizo con tristeza, y se hizo con bronca mordiéndose la lengua.

3) Su partido Sra. presidenta había convalidado la ley de auto amnistía que había dictado el Gobierno Nacional, así lo hizo saber al pueblo su partido por boca de sus dirigentes más importantes, Luder, Cafiero, Lorenzo Miguel, Iglesias..., y siguen los nombres.

4) Ni Ud. Ni su esposo hicieron nada por los derechos humanos durante la dictadura, ni después, salvo hacer dinero, no movieron un pelo por nadie.

5) A nadie le escapa, que descolgar un cuadro, y derogar una ley, que ya había sido derogada por la Justicia, no es precisamente un acto de valor, sino un mero simbolismo demagógico.

6) Los Atentados de la Embajada de Israel y la AMIA fueron el producto de los desatinos del gobierno de su partido, dirigido por el Dr. Menem, al que EL, y Ud. elogiaron por ser el "mejor presidente que tuvo la república", quien nos metió en el medio de un conflicto, que no solo nos era extraño, sino que además, destruyó años de convivencia pacífica entre colectividades, nacionalidades diferentes, que ayudaron a construir la Republica con su trabajo y sacrificio.

7) Era, obviamente obligación de su partido arreglar el estropicio, que Uds. mismos habían provocado, y la creación de esa Unidad Fiscal Fue Aplaudida por todos, y me incluyo, porque por fin, podríamos saber la verdad.

8) pero como no podía ser de otra manera, Ud. y su Partido en el gobierno, habrían de destruir lo que pacientemente había construido, incluso negando el único argumento válido que tenía en su defensa; con lo último que ha pasado, al negar a influencia de El en la designación de Nisman como Fiscal Especial, está aceptando que en realidad no tenía la intención de esclarecer nada.

9) Lamentablemente se ha rodeado de personajes Oscuros y violentos, como también son algunos de alguna oposición, dándole un protagonismo que no solo no se merecen, si no que no se lo han ganado.

10) me imagino que por estas horas los agentes de la SIDE están quemando pilas de papeles, que puedan comprometer a muchísima gente, incluidos muchos personajes políticos.

 

La señora presidenta, nos miente, nos abandona, y esto es lo peor que un mandatario puede hacer a su pueblo, porque quien dice encabezar una revolución que no revoluciona nada, en definitiva, no sirve como gobernante.

domingo, 25 de enero de 2015

Porque no con el PRO, ni con el Frente Renovador


Últimamente, parte de nuestra dirigencia política, (y ante los últimos acontecimientos la idea ha recrudecido), cree que es necesario un frente político opositor, que incluya no solo a los partidos de FA UNEN,  sino también al PRO (mejor dicho al Efectivismo Macrista), o al Frente Renovador (que no parece renovar nada).
La realidad es que las alianzas a contramano son imposibles, y ya tenemos la experiencia, porque no son ni programáticas, ni ideológicas, solo se trata de amontonar una pila de gente que piensa tan diferente como un Católico de un Musulmán.
Tanto el FR como el PRO, implican un regreso a los años 90, donde una mentirosa estabilidad impulsó un proceso de acumulación de riqueza, tan fabuloso como perverso, puesto que puso bajo el límite de pobreza a más del 50% de los argentinos, y provoco la desocupación más alta de la historia, peor aún que la de la década infame.
No puede seguir pasando por alto que los dos partidos solo necesitan una alianza electoral, para poder utilizar la estructura geopolítica del radicalismo, y nada más, que detrás de su "prolijidad" gubernativa, solo se esconde la intención de generar redes de negocios para parientes y amigos, pero con menos escándalo.
La derecha, neo derecha, neo liberalismo, neo capitalismo, no puede dejar de ver el estado como una maquinaria destinada a mejorar los negocios de los grandes empresarios, y en el caso argentino, además se ocupa de beneficiar en esos negocios al capital extranjero, proveyéndole de socios locales.
Los 90, demostraron que al capitalismo liberal no le interesa, ni siquiera que exista un punto de partida igual para todos, y en ese periodo como en la dictadura dejaron sin igualdad de oportunidades a la mitad del país, destruyeron un sistema educativo que formaba técnicos y profesionales especializados, para cambiarlo por otro que no ha aportado ningún beneficio a la población, que degradó a docentes y alumnos por igual, hasta convertirlo en un mero depósito de jóvenes y niños, que de paso algo pueden aprender.
SI sumamos a esto el proceso de exclusión, que actualmente se ha reavivado, tenemos como resultado el estado de disolución social en que nos encontramos.
Las Alianzas opositoras que persiguen como único fin acceder al poder, lo único que consiguen son gobiernos que no representan a sus ciudadanos y están condenados al fracaso.
Es preferible para el ámbito del FA UNEN, seguir como hasta hoy, agregando la búsqueda de un programa común a todos, que sea el que pueda levantarse como bandera, una vez definida la candidatura en las PASO, manteniendo la identidad política que tuvo desde su inicio.
Si se produjera un acurdo con el PRO o el FR, los Partidos del UNEN perderían su identidad política, para convertirse en escoltas de sectores que, igual al actual gobierno, buscan servirse del poder.
Es preferible que se pierdan mil elecciones y que se salven los principios, sentencio Yrigoyen hace muchos años, Arturo Illia, nos dijo que la nación necesitaba hombres responsables, que era difícil ser Radical pero valía la pena serlo, Alfonsín nos enseñó el camino de la coherencia y de la democracia, enfrentando a estos intereses que hoy nos quieren como socios minoritarios, mascotas del poder.
El PRO y el FR por igual entrañan los males de los que nos advirtieron nuestros más grandes dirigentes políticos, cuya sola memoria debería ser suficiente para frenar cualquier intento de reeditar aventuras que solo dieron lugar a la destrucción política. Alem, Yrigoyen, Oyanarthe, Alvear, Lebhenson, Larralde Sabatini, Illia o Alfonsín, jamás hubieran imaginado una alianza de estas características.
No lo hagamos nosotros.