viernes, 27 de noviembre de 2015

HAY UNA OPORTUNIDAD ÚNICA PARA LA CIUDADANIA, ESTEMOS A LA ALTURA


Parece mentira que alguna dirigencia, después de los 200 años de historia como Nación independiente, no haya logrado aprender nada.

Pasaron las elecciones, hay ganadores y perdedores, y después que asuma seguramente habrá más o menos dolientes, por lo que pudo haber sido; y no fue, o por lo que fue, y pudo no haber sido, habrá quienes festejen más.

En notas anteriores exprese, creo que con claridad, mi pensamiento sobre lo que creía que podía pasar en la sociedad, y en nuestro partido particularmente, en la articulación de esta alianza, opinión que sigo sosteniendo, y que modificaría si la realidad me demostrare lo contrario.

Pero tengo una cosa muy en claro, con relación a estas elecciones, como lo expresé, La sociedad no le ha dado al nuevo gobierno un cheque en blanco, lo ha condicionado sin darle una mayoría legislativa clara, lo que implica que estará obligado a gobernar negociando, permanentemente con todos los sectores políticos.

Creo que esto demuestra claramente que el ciudadano ha asumido la madurez necesaria y nos está dando una lección, poniéndonos por delante un desafío, gobernar bien, siguiendo la voluntad popular, y de cara a la sociedad, sin ocultamientos ni dobleces.

Esto indica que además, deberemos ser tolerantes entre nosotros, los ciudadanos comunes, entendiendo que no todas nuestras aspiraciones serán concretadas, sino que estaremos atados a un destino inexorablemente colectivo, que nos obligará a re-tejer los lazos solidarios que son los que nos vinculan como parte de una misma sociedad.

Es decir debemos asumir la idea que además de nuestra individualidad, debemos ceder parte de nuestra libertad y nuestros derechos, en beneficio de la libertad y los derechos de otro, y esto es lo más fabuloso de la democracia, la posibilidad de manifestar nuestra voluntad con libertad absoluta, y auto limitarnos en su ejercicio práctico, sujetándonos a la voluntad común, en beneficio del resto, convirtiéndonos en uno solo, cuando se trata del derecho a los beneficios colectivos.

No sé todavía, si la dirigencia política está a la altura de esto, pero si tengo en claro que hemos elegido, -y no importa si bien o mal-, un escenario donde el poder estará obligado a poner un oído en el pueblo, atendiendo principalmente sus interés, equilibrando su accionar de modo que la balanza se mantenga siempre equilibrada.

Lo que también debemos considerar, es que independientemente de la ideología, el pueblo habló y decidió, en paz y en democracia, que el poder debía cambiar, y lo hizo con madurez, con total tranquilidad, y el traspaso del poder debe demostrar que el país está maduro para la alternancia, sin que esto genere mayores conflictos, con excepción de los que se lamenten de tener que devolver su sillón  a un nuevo ocupante.

Tenemos la posibilidad, como sociedad de provocar, democráticamente, que a partir de ahora los sucesivos gobiernos, se comporten de forma tal, que comencemos a ser un País normal, que recuperemos el sentido de Nación que nos reúne en una común-unidad, convirtiéndonos en un país normal, donde todos respetemos la identidad del otro, sin creer que un ciudadano que piensa diferente es un enemigo potencial.

El nuevo gobierno no asume por la fuerza, sino investido del poder y la autoridad que le otorga el haber sido elegido, voluntariamente, por mayoría,  sin que mediara conflicto social alguno que condicionara la elección, excepto los aciertos o errores de los candidatos.

Por esto no entiendo que se convoquen marchas de la resistencia, la resistencia es contra los gobiernos totalitarios, que se hacen del poder ocultándose en las sombras, que sojuzgan a los ciudadanos, que privilegian a sus círculos íntimos, que niegan la justicia, que son xenófobos, tiránicos y violentos.

Pretender resistir a un gobierno que todavía no ha asumido, es como pretender meter un gol antes de comenzar el partido, una verdadera estupidez; y un desperdicio de energía que debiera estar puesta en otro lugar, cuando un dirigente, social o político, se manifiesta debe pensar cuales son las circunstancias sociales del momento, y cuál es el camino que elige el gobierno en el poder, y sobre todo evitar expresarse con odio, porque si hay algo que debe evitarse es causar una división que implique la ruptura de los lazos de unidad de la sociedad.

Las voces del odio se tornan hoy ridículas, anacrónicas y disonantes, y demuestran no estar a la altura de aquello que la sociedad pretende de sus dirigentes.

Tenemos como ciudadanos una posibilidad única, construir un nuevo país a partir de la ética social, un país donde la igualdad sea posible, donde la distribución sea real, donde los beneficios de la constitución sean realmente para nosotros y la posteridad, donde podamos consagrar la alternancia en todos los escalones del poder evite que alguien crea que puede eternizarse en un cargo, y darle a espalda al pueblo.

Tenemos la posibilidad de ser, por primera vez en mucho tiempo, verdaderamente artífices del destino común, está solo en nosotros, se puede hacer, se debe hacer.

domingo, 1 de noviembre de 2015

EL DESAFIO PLANTEADO POR EL RESULTADO

No he estado presente en este blog en el último tramo del proceso electoral, en parte porque a veces es preferible tomar distancia, sobre todo cuando uno espera poder aportar algo positivo a los pocos que suelen leer esto, es preferible esperar para poder hacer un análisis lo más desapasionado posible del estado de situación actual.
No es secreto para ninguno de los que conocen mi pensamiento, que no puedo compartir el rumbo que ha tomado la política partidaria, y mucho menos nuestra supuesta dirigencia, lo de supuesta es porque una dirigencia que solo consigue apoyo de 3% del electorado, algo lejos del 52% de Alfonsín, no puede considerarse dirigencia, sobre todo cuando su expertise mas importante consiste en ahuyentar electores.
Sin embargo no es de política interna de lo que quiero hablar, sino de un presente escenario  de poder impensado para cualquier militante político, esperanzado para quien milita con un sentido democrático, o mejor dicho con espíritu democrático, que no siempre es lo mismo.
Estas elecciones tienen una buena noticia, el poder va a cambiar de manos, y no importa precisamente en manos de quien, sino que quien detente el poder se va a ver obligado a negociar, con todos los sectores que integren la futura oposición.
El congreso ya no podrá ser la escribanía del ejecutivo, sino que independientemente del modo que queden alineadas las cámaras, excepto en el senado, la cámara baja no tiene mayorías definidas, por lo que cualquier proyecto deberá ser necesariamente debatido, discutido y acordado con todos los sectores que integren el parlamento, poder establecer políticas y sancionar leyes dependerá de la capacidad negociadora del gobierno.
Aquellos que proclaman el apocalipsis socio-político, si es que la oposición gana la elección presidencial, verán frustradas sus premoniciones, porque ningún gobernante puede con esta composición modificar o cambiar las leyes a su gusto, porque quien sea oposición estará allí para promover la discusión y si es necesario impedir que se avance sobre aquellas conquistas conseguidas.
Esto no es bueno, es buenísimo, porque nos va a obligar a los ciudadanos a comportarnos como tales, asumiendo la responsabilidad de indicar a nuestros representante cual es el camino a seguir, es decir a dejar de ser gobernados para gobernarnos, como alguna vez lo propuso Yrigoyen, la falta de una mayoría clara en el congreso implica que la ciudadanía no puede quedar ajena a ningún proceso político, sino que deberemos asumir la responsabilidad que nos compete como parte esencial del proceso democrático.
Creo que el próximo gobierno no va a ser un gobierno políticamente débil, sino que por el contrario será un gobierno que deberá fortalecerse en el poder ciudadano, los controlados de hoy, pasarán  ser los controladores de mañana, la justicia no alineada, será la característica que marcará el rumbo del poder.
Hoy nuestra democracia brilla en toda su dimensión, porque por primera vez en la historia carece de líderes, ninguno de los candidatos lo es, ninguno tiene el carisma y el toque de personalidad necesario, y por primera vez la historia nos lanza un desafío interesante, la posibilidad de construir desde el pie, desde el ciudadano, que el gobierno sea por primera vez gobierno sin nada que fundar, sin nada que romper, solo con la obligación de seguir construyendo en la cotidianeidad.
La Argentina necesita necesariamente un presidente de todos los días, que no consagre su actividad a autoconstruirse un monumento, sino que intente gobernar y administrar la nación, que por primera vez consolide un desarrollo sustentable, que integre a toda la ciudadanía, que con sentido de Nación, haga realidad la igualdad de oportunidades consagrada en la constitución, que el acceso a la educación, a la salud, al bienestar, no este solo destinado a los fieles seguidores, esclavos de los punteros, sino que sin discriminación alguna llegue a todos los rincones de nuestro país.
Esta es la oportunidad de empezar a caminar el verdadero sendero del progreso que tantas veces se nos ha negado.
Los resultados electorales, han dado por tierra algunos mitos, como el de la esclavitud del voto, o el poder del condicionamiento de la voluntad a partir de los favores del estado, o del partido, no ha influido en forma determinante en la elección, la ciudadanía se expresó en la plenitud de su libertad, y eligió la posibilidad de cambio, y no se trata de discutir si se eligió bien o mal, solo podemos establecer que se expresó de forma tal que queda claro que la voluntad es la de no dejarse manejar al antojo de nadie, de impedir el poder absoluto.
Los ciudadanos nos dimos la oportunidad de tomar una decisión histórica, poner el poder en nuestras manos, sin gobernantes que se comporten como patrones de estancia, o que caigan en el exceso de otras épocas, o en la superficialidad de otras tantas.
Este es el mayor desafío que nos ha plantado la historia contemporánea, solo debemos tratar de estar a la altura de las circunstancias.- 
Carlos Eduardo Gowland


martes, 25 de agosto de 2015

Reflexiones alrededor de Luther King

"He llegado a convencerme de que la no cooperación con el mal es tan obligación moral como la cooperación con el bien. Ninguna otra persona ha sido más elocuente y apasionada en difundir esta idea que Henry David Thoreau. Como consecuencia de sus escritos y de su testimonio personal, somos los herederos de un legado de protesta creativa. Las enseñanzas de Thoreau han revivido en nuestro movimiento de los derechos civiles; de hecho, está más vivas que nunca. Que sean expresada...s por un sit-in en un restaurante, un autobús de la libertad en Mississippi, una manifestación pacífica en Albany (Georgia), un boicot de autobuses en Montgomery (Alabama), todo ello es la cosecha de la insistencia de Thoreau en que se debe resistir al mal y que ningún hombre moral puede conformarse pacientemente con la injusticia." Martin Luther King.

Creo que la mejor forma de terminar con los abusos de poder, es necesario mirar hacia atrás y tomar las enseñanzas de la historia, es necesario encarar una lucha, no violenta que haga entender que esto debe terminar, que el enfrentamiento social provocado por "el Modelo" es tan detestable como inútil.
Creo que es necesario comenzar una lucha cívica, que desde la desobediencia civil y la resistencia pacifica, es desde donde se debe partir, manifestarse sin violentarse, masivamente, sin descanso, es la mejor arma del pueblo.

Las Palabras de Luther King son reveladoras de esto, la firmeza de las convicciones de todos, entre todos, hermanados en el objetivo de construir "Una" Nación donde todos seamos parte, y todos tengamos un lugar, donde el esfuerzo colectivo no sea usufructuado por unos pocos privilegiados, sino que éxito sea también colectivo, donde la integración sea una realidad de la que nos sintamos orgullosos, donde las diferencias políticas se discutan en términos de adversario y no de enemigo.

Es necesario que vivamos en un país en paz, con trabajo, y bienestar, educación, cultura, salud, estabilidad, para todos y cada uno. Pero como dijo alguna vez Arturo Illia, apóstol de los pobres, esto es tarea de todos y cada uno asumiendo la responsabilidad que nos cabe, en el lugar que nos toque.
Gobernar es demasiada responsabilidad para dejarla solo en manos del poder político, es nuestro país y es nuestra obligación hacer cumplir nuestro mandato.

Revelarse contra el abuso de poder es absolutamente necesario, en estos momentos, porque la necesidad de permanenecer en el poder de esta nueva clase de oligarquía política, para sostener sus privilegios debe terminarse, para que de una vez y para siempre se terminen los eternos excesos en nuestro país, en paz, pero con la firmeza de la convicción.

Carlos Gowland

lunes, 24 de agosto de 2015

¿Qué es el modelo, que es el proyecto?


¿Qué es el modelo, que es el proyecto?



Hace ya bastante tiempo que este cacareo permanente del proyecto y del modelo, nos viene taladrando la cabeza, casi sin solución de continuidad, y es hora de comenzar a preguntar a os defensores del “modelo”, artífices del “Proyecto”.

¿De qué se trata todo esto?

Una buena pregunta, que necesita de una buena respuesta, que aclare que es este supuesto modelo de inclusión que no incluye nada, que es eso de trabajar para los más pobres, mientras tanto sigan siendo pobres, es decir clientes electorales.

¿Porque un modelo supuestamente inclusivo enfrenta a la sociedad dividiéndola en dos, como si no estar de acuerdo, automáticamente nos pone en el lugar de enemigos?

¿Cuál es el proyecto político?,¿eternizarse en el poder a fuerza de ampliar aún más el ejercito de subsidiados sin trabajo para que sigan siendo esclavos de un régimen, donde se enseñorea esta nueva oligarquía “proyectual”, protagonistas de un toma y daca, donde la chapa que te doy, lejos de ser un acto solidario, viene con la recomendación “-acordaste quien te lo dio-”, el intercambio obligado de un voto, o de varios?

Ese proyecto político “unido, solidario y organizado”, incluye la exclusión como premisa básica para contener a la parte de la sociedad que está dispuesta a obedecer el mandato de quien debe ser su mandatario.

Para muestra basta un botón, oculto detrás de las falsas estadísticas, esconden el hambre cambiando indicadores, mienten sin mentir, para mentir sin culpa, mienten groseramente. Se niegan a medir la indigencia, argumentando razones falaces para olvidarse de los que menos tienen, porque no es políticamente rentable para un dirigente de turno.

Qué clase de proyecto se ensaña de tal manera con  quien, no denuncia, sino que solo cuenta lo que ve, poniéndolo en el lugar del peor enemigo, haciéndolo objeto de los peores insultos, denostando cualquier opinión adversa a este “Proyecto inclusivo”, pero excluyendo.

¿Qué proyecto de sociedad solidaria es, mentir descaradamente sobre las obras realizadas, justo cuando su propia gente está con el agua a la cintura, peo mientras tanto reparte la ayuda solidaria aportada por ciudadanos de buena fe, con las bolsitas con el logo del partido gobernante, descargando las culpas sobe aquel que no tiene la posibilidad de contestar porque ni siquiera tiene acceso a los medios masivos para hacerlo?

¿Qué clase de proyecto de unidad nacional discrimina hasta el punto de asesinar silenciosamente, a aquellas comunidades originarias, que no se someten a autoridad política, de gobernadores corruptos, sostenidos por adláteres tan miserables como faltos de moral?

¿Qué clase de democracia pretenden construir cuando se asesinan por la espalda a los militantes opositores, solo porque no se someten a la suprema voluntad de un dirigente, que lejos de promover una sociedad unida, fomenta la violencia, racial y de clase?

¿Qué modelo implica que, para sostenerse en el poder se acude a cualquier tipo de fraude organizado, y cuando no funciona, se recurre a la violencia para sostener un modelo, que solo enriquece a los gobernantes, que se pasean por Abu Dabi en camello, y se alojan en hoteles de 7 estrellas?

¿Qué proyecto nacional y popular condena a la sociedad al silencio, porque ser opositor comienza a convertirse en una especie de carga peligrosa?, ¿que seguirá ahora?, ¿marcar con tiza la puerta de casa de los opositores como alguna vez se hizo?

¿Qué clase de modelo nos convierte en una especie de seres indeseables a quienes hemos vivido siempre de nuestro trabajo, sin pedir ni recibir nada de un estado supuestamente protector, que nos usa cada vez que puede, sin pudor ni medida?

¿Qué modelo hace que amigos de siempre se separen, porque el fanatismo los enfrenta de tal modo que los convierte en entes irreconciliables, cuyo fanatismo ciega cualquier visión que tenga que ver con tejer lazos solidarios entre las personas?

¿Qué proyecto nos lleva al límite de poder caer en la peor violencia social, porque ser opositor me convierte en contra, enemigo, traidor, oligarca, etc., etc., Mientras tanto la nueva oligarquía vive en un mundo de ensueño y lujo, tan lejos del pueblo que dice representar?

¿Que clase de proyecto nacional y popular cree que censurar la opinión opositora es un mecanismo válido para uniformar la opinión publica, detrás de un moderno “unicato”?

¿Qué clase de modelo, establece un mecanismo que le permita tener una Legislatura adicta, una justicia adicta, una educación adicta?

¿Qué clase modelo de inclusión promueve un gobierno que lejos de preocuparse por la salud, promueve programas que no cumple, distribuye beneficios inexistentes, obligando a los municipios a hacerse cargo del costo de las elucubraciones febriles de bienestares imaginarios?

¿Qué clase de modelo de inclusión es un plan Qunita, cuando no se ha hecho nada por mejorar las condiciones de vida de nuestros niños, mientras se reparten cunas, no hay vacunas, no hay leche, no hay medicamentos?, ¿de qué sirve una cuna coqueta cuando posiblemente ese niño sufra las consecuencias de la mala alimentación de un estado que se niega a ver la realidad del estado de sumersión que sufren aquellos a quienes dice defender?

La respuesta es simple, el modelo es solo escenográfico, solo cartón pintado, como una ilusión solo para los ojos, el modelo es algo vacío de contenido destinado a convertirse en una nueva forma de opio del pueblo, el modelo es solo una cortina de humo que oculta la perversa realidad de dirigentes faltos de escrúpulos, el modelo es una forma de obtener poder omnímodo, basado en el trabajo eficaz de una corte de advenedizos sin moral.

Eso es el modelo, la perversidad organizada, que solo va a convertir el país en una triste postal, luces y sombras de lo que pudo haber sido, y no es.-

viernes, 10 de julio de 2015

La cuestión municipal en la Provincia de Buenos aires

Las elecciones actuales deberían servir para poner sobre el tapete, la existencia de un problema municipal, preexistente en la Provincia de Buenos Aires, desde que el régimen interpretó que el estado provincial debía retener para sí todo el poder político del territorio, en desmedro del municipio.

El Cabildo, Municipio Original

Con esta decisión se dio por tierra con cientos de años de autonomía municipal, consagrada en los cabildos, que tenían potestades de Gobierno, Justicia y Regimiento, esto último en el sentido legislativo del término, la lejanía del poder central español permitió que esa autonomía de los cabildos se consolidara, puesto que era el que debía asumir, por proximidad, las funciones del estado en manos de un ausente monarca.
El poder de los cabildos, luego de la independencia, debía ser consolidado y reafirmado, puesto que la proximidad con el ciudadano permitía, que se lograra, no solo un verdadero federalismo,  consistente en los hechos, sino una forma de poder auténticamente representativo desde la base poblacional que significaban las ciudades, aisladas, además por las grandes distancias y la dificultad de las comunicaciones.
Pero el poder político de la época, con el consenso de todos los sectores políticos, en 1821 decidió eliminar los cabildos, en contra de cualquier tesis razonable excepto una, todos temían por su poder (por eso Rosas tampoco reinstauró el sistema de cabildos), en lugar de reconvertirlos para avanzar hacia un sistema municipal más moderno.
Ataúlfo Pérez Aznar, en un trabajo sobre el pensamiento federal del radicalismo, insistió coincidentemente a la tesis de Ramos Mexía, que reconocía que los orígenes del federalismo nacional debían encontrarse en las administraciones locales, es decir en los cabildos, lo mismo afirmo Federico Fernandez de Monjardín, en un trabajo sobre el problema municipal, donde, además afirmaba que la convicción de la naturaleza autónoma del municipio era parte de los principios que el radicalismo sostenía y debía reafirmar.
No es casual que la doctrina radical crea en la autonomía municipal, o como lo llamo Monjardín en el municipalismo, como parte de la doctrina, además de entender que la observación de la conducta humana fuera de los condicionamientos que impone la política, permite afirmar que La autonomía es una consecuencia del carácter libre del ser humano.

La libertad del hombre se traspasa a la ciudad en forma de autonomía.

El Hombre es un animal naturalmente libre, como muchos otros, pero es el único animal que puede intelectualizar la libertad, si entendemos como la libertad es la capacidad que el hombre tiene de decidir, y ejercer esa capacidad sabiendo que este es el único instante en que es totalmente libre, luego las consecuencias de sus decisiones, buenas o malas, serán las que regirán su destino.
Esa capacidad de ejercer la libertad, se ejerce a través de una valoración cualitativa de las causas, condiciones y posibles consecuencias, acto intelectual propio e individual, es decir autónomo.

¿Qué tiene que ver esto con la naturaleza de la ciudad?:

La naturaleza intelectual del hombre, se traslada al ámbito donde se desarrolla, si imaginamos un posible escenario de la evolución, podemos obtener conclusiones que por no ser académicas, son interesantes para la política.
El hombre es un animal gregario desde su origen, es decir se relacionaba en manadas, eligiendo el contacto con otros de su misma especie, tomo posesión del espacio como consecuencia de la evolución, y la movilización a través de los continentes, posibilito que en cada lugar del mundo se desarrollaran hombres con características diferentes, pero con igual capacidad de intelectualizar la experiencia transformándola en conocimiento, así las manadas se convirtieron en tribus, la relaciones se hicieron mucho más complejas estrechándose entre los hombres de la tribu, esta protegía a sus crías, proveía el abrigo, establecía territorios de caza, y rutas migratorias cuando la escases de alimentos lo requería.
Cuando el hombre encontró que los condicionamientos ambientales lo obligaban a establecerse, se hizo hábil en el manejo de las herramientas, se convirtió en agricultor, y paulatinamente la caza se convirtió en cría de animales, el aprendizaje permanente en cultura, el hombre nómade devino en sedentario, su capacidad de comprender lo adueñó del paisaje, y paulatinamente lo dominó, a su conveniencia, estaba estableciéndose en un lugar permanente, nace la aldea, una evolución natural de la comunidad tribal, y la existencia de la aldea obligaba a establecer, códigos de comportamiento, autoridad organizativa, es decir reglamentos que permitieran que la comunidad viviese en una forma de armonía, el hombre en su capacidad de analizar y valorar, acepto limitar su libertad, como forma de permitir la convivencia entre todos los miembros de la comunidad.
Las aldeas dominaban el territorio circundante, las autoridades se convirtieron en gobiernos, y los hombres desarrollaron un sentimiento de pertenencia, hacia un lugar donde se reconocía el origen común, porque el primer sentido patriótico del hombre tiene que ver con su terruño, el original, las aldeas se gobernaban así mismas, y con el tiempo evolucionaron en ciudades, se dieron instituciones más evolucionadas, y por su crecimiento se convirtieron en estados, las ciudades fueron estado antes que existieran las naciones; dieron origen a las naciones.
Las naciones fueron posteriores a las ciudades, y su origen es parte de la evolución de las ciudades, aunque en su proceso de consolidación intervinieron otros factores, que no son los que nos interesan aquí.
Lo que mantuvo al hombre como parte de la ciudad, y afianzo su pertenencia a ella, fueron los lazos solidarios que desarrolló con otros hombres, cuyas afinidades, costumbres, y cultura eran iguales, lazos que implicaban los mismos derechos, y las mismas limitaciones impuestas por el conjunto, que contribuyeron a facilitar y elaborar una cultura social común.
Los hombres se afincaron en las ciudades, DECIDIENDO ser parte de la comunidad, aceptando libremente poner limites a su propia Libertad, para favorecer el desarrollo del conjunto estableciendo un laso solidario con el resto de los hombres de la comunidad. Pero le dio a la ciudad el carácter distintivo de la especie, el sentido de libertad, su capacidad de decidir, traspasado a la ciudad se transformó en autonomía, la capacidad de decidir del conjunto, de darse normas e instituciones propias, distintas de otras ciudades.

La ciudad de la conquista y la colonia

La historia de la colonización española no fue tan diferente a esta evolución, la Europa pos feudal, necesitaba un impulso diferente, las continuas guerras habían agotado los tesoros reales, particularmente España, enfrascada en la reconquista del antiguo territorio, invadido por los árabes, había concluido su lucha, y los proyectos de expansión de los reinos eran ahora algo más posible, la mejora en las artes de la navegación, y necesidad de retomar el comercio con los países de oriente, por otras rutas más seguras, lanzaban a los hombres nuevas aventuras.
Así el descubrimiento de América, que implicaba el descubrimiento de riquezas fabulosas, desarraigó de la vieja España, a grandes cantidades de hombre y mujeres, trayéndolos a estas tierras, tras la promesa de una vida de abundancia. El trasplantar la instituciones monárquicas tradicionales, para gobernar a estos hombres resultaba, no improbable, sino, imposible, el ánimo centralista de España tampoco lo permitiría, así la legislación de indias se dictaba por el legislador en un reino tan lejano, como desconocido era el legislado.
Los gobernadores, designados por contrato en la persona del conquistador, nobles aventureros caídos en desgracia, se dedicaron a la rapiña de las riquezas autóctonas, y los colonos que buscaban en América, de buena fe, un nuevo futuro; mejor que el que podía darles la Europa monárquica; quedaron de algún modo abandonados a su suerte, sobre todo en los limites mas lejanos, como era el rio de la plata.
La pobreza de recursos minerales, y la mayor lejanía de los centros más ricos de los virreinatos, debió desarrollarse casi en soledad, teniendo como referencia gubernamental más cercana al Cabildo, que se desarrolló en una suerte de sincretismo político, lo que le dio un carácter propio, diferente de la misma institución existente en los centros más ricos, como Lima, México, la misma Chuquisaca.
En el Rio de la Plata florecían al mismo tiempo Los cabildos, que por su características propias, tenían una autonomía mayor de la corona que otros, cuya comunicación con España resultaba mas fluida y productiva, en términos económicos; y las misiones, que por su organización, representaban para la burguesía colonial, una peligrosa forma de empoderamiento aborigen, que podía amenazar la economía y el poder de los blancos, que tenían también una forma de gobierno, que por estar atada a la Compañía de Jesús, era propia y autónoma, del poder real.
El cabildo es el germen del federalismo, porque los cabildos se desarrollaban en forma autónoma unos de otros, y el sentido de pertenencia de los hombres y mujeres, identificados en ese patriotismo primigenio, era parte del carácter municipal del virreinato.
No nos olvidemos, que la revolución por la independencia, fue originada en un Municipio, el Cabildo de Buenos Aires, y su primer Adhesión fue dada por otro, el de Luján, y como catarata el movimiento cosecho, a veces dificultosamente, las adhesiones de los cabildos del interior, sin cuya aprobación la independencia hubiese sido una entelequia difícil de alcanzar, lo importante de esto es que sin el carácter transitivo del sentido humano de la libertad, tal autonomía de decisión no hubiese existido nunca.
La importancia histórica del cabildo, en el sistema político, resulta indispensable para analizar el ¨problema municipal” (como lo llamó F. F. de Monjardín), porque si no resulta poco comprensible entender porque el Municipalismo es un eje central de la doctrina Radical, como también del más auténtico federalismo, y el mejor vehículo para el ejercicio real de la democracia.

El problema Municipal en la Provincia de Buenos Aires

La provincia de Buenos Aires, como dijimos más arriba, elimino en 1821 el sistema de cabildos, y resultó un hecho poco comprensible, según afirmo la academia nacional de la historia, dado que se dio en un período donde los cabildos coloniales se reconvertían en municipios, y que tampoco el poder federal posterior supo comprender cuál era su verdadera importancia, como tampoco lo vieron los constituyentes de 1853, que no consagraron el régimen municipal autónomo, hasta que se incorporó en la reforma de 1994.
A pesar de esto, en la provincia de Buenos Aires, los pueblos existentes en el período de la lucha contra los aborígenes gozaban de cierta autonomía política, obligada por las necesidades militares de la conquista, y la necesidad de los gobiernos provinciales de sostenerse en su poder, pero con instituciones ciertamente devaluadas, por las permanentes acciones fraudulentas de sus gobernantes.
La federalización de Buenos Aires, separó al radicalismo provincial del de su capital, allí Yrigoyen que cimentó su poder en los municipios de la provincia, pudo vislumbrar la importancia que tenía la autonomía del municipio, porque entendió con el permanente contacto con los hombres de la provincia, que el poder se adquiría solo y cuando las bases estaban dispuestas a cederlo, y que esto dependía no solo de su magnetismo, sino de la representatividad que cosechaban los hombres que dirigían los comités de los pueblos de la provincia, allí fue donde consolido su liderazgo, y elaboro sus planes revolucionarios, y comenzó la lucha que lo convertiría luego en Presidente de la Nación.
Este poder político Municipal debía ser aplastado por el régimen, y Fresco durante la década infame se encargó de hacerlo, la Ley Orgánica de Municipalidades es la prueba de ello, una ley que condiciona la vida municipal sin entender, ni diferenciar, las distintas características de las poblaciones de la provincia, solamente con el objeto de suprimir y reprimir el poder político propio del carácter autónomo natural de los municipios.
A pesar que en 1994, la autonomía municipal fue consagrada por la reforma constitucional, la Provincia de Buenos Aires no ha resuelto consagrar la plena autonomía municipal. Lo cual transforma el tema no solo en una cuestión ideológica, sino en un verdadero problema que no ha tenido solución a lo largo de los años, y que consecuentemente con la lógica del poder, se agrava continuamente.
En la provincia de Buenos Aires por su extensión, la relación entre el interior y el gobierno de la provincia siempre es difícil y tortuosa, lo inverso ocurre con el gobierno provincial y el nacional, cuya proximidad corrompe el normal funcionamiento de las instituciones políticas provinciales.
El poder político central nunca ha querido que el municipio en la Pcia. De buenos Aires fuera Autónomo, porque, porque la autonomía implica invertir el esquema del poder político provincial, dificultando la practica tradicional de imponer como gobernadores a delegados, más o menos pusilánimes, del gobierno nacional.
Buenos Aires no es un provincia que pueda gobernarse fácilmente sin el apoyo municipal, por eso es que se sostiene el actual sistema, puesto que permite mantener de rehenes a los municipios, a través de la dadiva, de planes y programas provinciales de dudosa ejecución, y que mantienen de rehenes a los intendentes, y por consecuencia a los pobladores, convirtiéndolos en meros clientes de la Política.

Porque es importante reeditar la discusión Municipal

La discusión municipal es importante porque implica, recuperar el poder para los pueblos, no en una suerte de anarquía política, pero si en un esquema donde la democracia se ejerza desde el pueblo hacia los estratos superiores, y no donde el poder centralizado de la provincia decida por sobre la voluntad de los habitantes de los pueblos, su evolución y su destino.
Hasta ahora, desde que F. F. de Monjardín en los años 50, puso sobre el tapete la discusión sobre el problema municipal, no se ha logrado una seria discusión del problema, y siempre a pesar de la evolución política y social, se girado en torno a la propuesta que el hiciera por aquellos años.
La propuesta de Monjardín, entendía que debían diferenciarse los municipios por sus características socio poblacionales, no eran lo mismo, los municipios rurales, eje de la producción de la provincia, que los municipios denominados grandes, de las mega ciudades, y que no podían estar sujetos a la misma legislación, sino que debía existir una autentica diferenciación entre estos, porque las características propias de cada uno implicaban formas diferentes de organización local.
Monjardín creía que esto debía plasmarse en una ley que contemplara, las posibles morfologías sociales, políticas y económicas, de los municipios, que permitieran una mayor autonomía, pero que no implicaran una concreta inversión del poder, aunque su proyecto contemplaba, otorgar al municipio herramientas de gestión y legislación más amplias y profundas, trasladándole incluso funciones de justicia.
A pesar de lo importante de su proyecto, este no prosperó, ni siquiera en el Gobierno de la UCRI, en el que fue Presidente de la HCDN.
La realidad es que entiendo, y es una apreciación personal, que este proyecto, si bien era tan brillante como su creador, era insuficiente, porque a pesar de mejorar la relación de autonomía, no la consagraba en su totalidad, y el peso del electorado de unos municipios, sobre el resto seguía manteniendo un valor decisivo para la política central.
La importancia de reeditar la discusión pasa por la cuestión central de la política que es el empoderamiento del pueblo, por sobre las dirigencias clientelistas, y los nepotismos construidos en los últimos años; Discusión que gire en torno a la necesidad que el municipio deje de ser un espacio de poder delegado para ser el poder delegante.

La discusión municipal que nos debemos

Los Radicales nos debemos las discusiones importantes, que nos permitan reformular la doctrina política, en materia municipal, debemos poner sobre la mesa, no solo el sistema municipal, sino la construcción de un federalismo que modifique realmente el sistema político provincial, invirtiendo las relaciones de poder existentes.
Personalmente imagine siempre a la provincia de Buenos Aires como una Federación de Municipios constituyentes del estado provincial, a partir de la voluntad de sus habitantes, lo que implica el reconocimiento de un régimen municipal autónomo del que nace la voluntad popular.
Esto implica reconocer que los actuales municipios sean reconocidos como el protoestado, que realmente es, que a través de la voluntad constituyente de sus miembros, construyan el estado común, con todos los riesgos que esto puede implicar.
El Municipio debe ser un verdadero estado municipal, cuya organización dependa de sus cartas orgánicas, y no de una ley restrictiva e incomprensible, sino como una organización estatal delegante de parte de su poder, dejando para el gobierno provincial solo el poder delegado.
El municipio pasaría a ser así el protagonista del poder, obviamente que una nueva constitución debiera establecer un mecanismo legislativo provincial que contemplara la representación municipal como eje del sistema legislativo, en estos términos la legislación provincial respetaría por sobre todo los intereses de los pueblos y no las necesidades políticas de los gobernantes y sus estructuras políticas.
El poder municipal debe estar contenido por la constitución estableciendo reglas específicas para su constitución, la división de poderes, los límites a las reelecciones, las condiciones generales para su constitución.

La mentira de la mayor autonomía

Algunos, con una visión diferente pueden decir que el municipio a través de programas delegados por el gobierno provincial ejerce una mayor autonomía, esto es una mentira flagrante. El municipio se encuentra hoy más limitado que nunca.
Los programas delegados son una restricción a la autonomía, toman de rehén al municipio, y lo entregan a la discreción del funcionario delegante, el sentido político partidario del intendente, pasa a ser un factor decisivo a la hora de otorgar la gracia de un mejor programa, hoy los municipios administran cantidades importantes de programas provinciales, que además por el intrincado sistema político provincial pueden ser administrados por el municipio, o por el caudillo político que le resulte interesante al gobernador.
Esto lo vemos a diario, en todos los municipios de la Provincia, lo mismo ocurre con los impuestos coparticipados, donde el coparticipado debiera ser el estado provincial, y no al revés.
El Famoso RAFAM (Reforma Administrativa y financiera de la Administración Municipal), obliga al municipio a sujetarse a un sistema contable elaborado por el poder centralizado, elaborado a su antojo, obligando al municipio a ceñirse a un reglamento de contabilidad, que muchas veces resulta, no solo una carga burocrática excesiva, sino también incomprensible, los municipios de menor tamaño encuentran muchísimos escollos para sujetarse a los reglamentos cuyo cumplimiento impone un tribunal de cuentas extraño a la naturaleza de los gobiernos locales.
Del mismo modo la Legislación municipal impuesta por el poder central, ha obligado a los municipios a crear estructuras imposibles de sostener, muchas veces creados por las necesidades electorales de los gobernadores.
Podría seguir así enumerando cuestiones, que evidencian lo perverso de las supuestas descentralizaciones, pero el caso aquí no es denunciar, sino poner sobre el tapete una necesidad política real y concreta. La de entregar al pueblo el poder real, y de crear un estado democrático auténtico, donde el hombre en su ciudad sea el verdadero protagonista, y el poder este construido desde una sólida base popular.

A modo de epílogo


Finalmente me queda por decir que es absolutamente necesario que esta discusión se de en el seno de la UCR, cuando se deba encarar la necesaria reconstrucción del partido, después del fracaso de las conducciones actuales, y que de esta participen todos los hombres y mujeres de buena fe que queden en el radicalismo, dispuestos a recoger el guante de la herencia abandonada; solo basta quien lo recoja.-

sábado, 30 de mayo de 2015

Breve historia sobre la violencia (3ra. parte): "Están golpeando a mi puerta, pero es demasiado tarde"


La violencia de parte, no reconoce ámbitos ni objetivos, a veces pareciera que tiene que ver con el pasado animal del mono evolucionado que somos, que escondemos en algún gen, así como el color del ojos, el pelo, el tono de la piel, la talla, etc.; decía, un gen asociado con el acto violento, y que en determinadas situaciones sube a flor de piel y estalla, haciendo de nosotros el animal irracional que alguna vez fuimos.

Gracias a la evolución, algunos hombres (cuando digo hombres no me refiero al macho de la raza, sino a todos los seres humanos), no desarrollan el gen de la violencia…, creo que es la mayoría, y su desarrollo intelectual permite que existan limites, países, constituciones, leyes, magistrados…, que se ocupan de poner algunas cosas en su lugar, por acuerdo de una mayoría que elige la paz como forma de vida, pero en ese mismo ámbito donde una mayoría puede elegir la paz, hay algunos individuos, que lejos de poder vivir en comunidad deciden que sus instintos más violentos guíen su vida, y sus actos.

Pero hay una diferencia sustancial en el mundo animal, la violencia humana solo puede ser el producto de una emoción violenta durante unos pocos segundos, el resto implica un acto intelectual, no inteligente (por lo menos en el sentido popular de la palabra), es decir: se necesita hacer una valoración de la situación, y tomar la decisión de cometer un acto violento.

Cuando la violencia es un acto en grupo, esa elaboración intelectual, es además un acto terriblemente perverso, porque implica la existencia de un líder que decide realizar un acto violento, que convence a otros que valoran su interés como legítimo y valido, por lo tanto bueno, y deciden acompañarlo, o en el peor de los casos uniformemente detrás de él deciden acometer furiosamente, mientras el líder observa, como un general, la violencia desencadenada de su tropa.

Al tomar la decisión de cometer un acto violento, el hombre se convierte en un animal salvaje, que no puede adaptarse a la necesidad de actuar solidariamente, como implica desarrollar la vida dentro de una sociedad; cuando además, el ejercicio de esa violencia es un motivo de orgullo y decide vanagloriarse del hecho ante sus iguales, o peor, ante quienes considera inferiores, el violento se convierte en un inadaptado, que solo necesita una excusa que le permita iniciar el proceso mental que desatará la violencia, que no es más que el verdadero método de expresión que intelectualmente ha elegido.

La violencia del inadaptado no reconoce clases sociales, ni formación educativa, el violento no necesariamente se come las eses, sino que es un ente que en su desarrollo mental no adquirió la capacidad de distinguir entre lo moralmente bueno y lo moralmente malo, por lo tanto tampoco se le puede pedir una conducta que siga cánones éticos, y eso lo pone en un plano distinto de los otros entes humanos, la mayoría, que si lo pueden distinguir.

El individuo violento en realidad no es inmoral, porque ser inmoral implica que se reconoce lo bueno de lo malo, y se toma la decisión de hacer lo malo, lo que no necesariamente implica un acto de violencia; en cambio, el violento es amoral porque, en realidad el amoral, no sabe que la moral existe por lo tanto no puede reconocer entre el bien y el mal, lo cual lo convierte en un individuo peligroso para compartir la vida de la comunidad.

Lo peor de esto es que el violento amoral, se convierte en un instrumento en manos de los inmorales, y aquí es adonde uno quiere llegar, porque los últimos 50 años de la historia argentina han estado plagado de inmorales que han utilizado a los violentos en beneficio de sus intereses, o han vendido sus servicios a otros inmorales con más poder, que necesitan sustentarlo utilizando el beneficio del miedo, para proteger su “territorio”.

Este es el caso tan reconocible de las barras bravas, grupos de personas que deciden canalizar sus instintos violentos en los espectáculos deportivos, que suelen estar a disposición de los intereses de los dirigentes de turno, que además suelen recibir favores adicionales; el presidente de un club de futbol fue diputado nacional, en ese periodo un conocido barra brava, en proceso por asesinato, trabajaba en el ámbito del congreso, este dirigente político negó conocerlo, y saber quién era; lo más interesante es que el ex diputado también tiene aspiraciones presidenciales. También otro dirigente hace poco utilizó una barra brava para asegurarse el resultado de una convención política.

Esto, obviamente, no es una novedad para nadie, pero lo que sí es interesante es ver cómo es que la sociedad disocia los hechos de la personas, todos sabemos que las barras bravas tienen conexión con los dirigentes y con la política; pero no podemos asociar al político con los hechos, lo cual los pone en un espacio de impunidad, legitimado por una sociedad que no solo no los condena, sino, que además, los vota.

La problemática de las barras bravas, en nuestro país, es amplia y complicada, porque el problema de fondo está dentro de nuestra legislación, que ha sido elaborada por las mismas personas que utilizan los servicios de estas organizaciones, y la justicia que se ajusta a las necesidades del poder, en lugar de utilizar la fuerza de la jurisprudencia a la hora de interpretar y condenar los hechos violentos.

Pero además de esta violencia de grupos, está la otra violencia, la de individuos, que con la misma estructura intelectual que los otros, deciden ejercer la violencia contra la sociedad.

Me refiero a aquellos que dirigen sus actos en forma individual, contra los otros miembros de la sociedad con los que deben convivir, aquellos que consideran la violencia como el único método válido para la resolución de conflictos.

Este tipo de violentos son quizá los elementos más nocivos de la tabla periódica de la violencia, porque además de su amoralidad, tienen la habilidad del psicópata de envolver a las víctimas para esconder sus verdaderas intenciones, y que además suelen tener la protección y, cuando no, la complicidad del poder y la justicia.

Lamentablemente los cánones sociales de nuestro país, siempre justificaron a estos violentos, a los que matan en un robo, a los conductores homicidas, a los que asesinan, secuestran a los que abusan de menores, a los criminales de género.

Son estos últimos, los violadores, los asesinos, y los criminales de género, aquellos que creen que su forma de ejercer la violencia está justificada por la reacción del otro y, que de algún modo, gozan de la protección de la sociedad, basada en prejuicios de años que arrastramos en nuestra educación.

Cada vez que una violación es perpetrada hay algún sector de la sociedad que puede decir algo, si es contra un menor, una parte de la sociedad se pregunta ¿dónde estaban los padres?, o si la mujer estaba vestida provocativamente, o si a lo mejor era una libertina, que se lo busco, si se trata de un caso de violencia de género, la sociedad pregunta, ¿qué le hizo?, ¿porque lo provocó?, ¿Por qué en lugar de denunciar no protege la institución familiar?, terminando invariablemente sentenciando, con la frase más famosa de la Argentina, “Por algo habrá sido”.

La justicia termina siendo funcional a este tipo de conductas sociales, porque también está contaminada por el mismo tipo de prejuicios y preconceptos que el resto de la sociedad, aunque también la legislación termina por proteger a este tipo de violentos, por los mismos prejuicios culturales.

Pero los que creemos que ningún tipo de violencia es válida somos más, ¿entonces, como es que no podemos imponer nuestra visión común?, ¿Cómo es que no podemos conseguir que la ley y las instituciones nos protejan?.

El problema está en nosotros mismos, en ejercer la responsabilidad que nos compete como sociedad, en no ejercer el protagonismo que la democracia nos otorga, en creer que haciendo como el avestruz las cosas no pasan, en permitir siempre, por el solo hecho de creer que todo está resuelto en otros niveles, y que no tenemos peso en la decisión.

A pesar los 30 años de democracia más o menos estable, seguimos sin comprender que somos nosotros los que ponemos a nuestros gobernantes, que se deben a nosotros, el pueblo, y tenemos el poder de cambiarlo todo, porque es del pueblo el poder hacerlo así.

No habría violencia posible de ningún tipo si la sociedad no se desentendiera de esta problemática, si no sumiera la responsabilidad de impedirla, porque si no es así, se harán miles de marchas, y las cosas seguirán iguales, y habrá una mujer muerta cada 30 horas, y nuestros hermanos originarios seguirán siendo asesinados, y nuestros abuelos seguirán siendo estafados, y los niños seguirán siendo abusados, y los barras bravas seguirán exhibiendo su impunidad y la violencia no cesara nunca.

Por eso es importante recordar el final de aquel viejo escrito, que se le atribuye a Bertold Brech “…Ahora están golpeando mi puerta, vienen a llevarme a mí, pero ya es demasiado tarde.”.-

Carlos Gowland.

martes, 26 de mayo de 2015

Breve historia de la violencia Argentina (2da parte)


Pequeña noticia sobre el concepto de violencia

Antes de continuar con esta aburrida relación de cosas ocurridas a lo largo de la Historia, quiero aclarar que es lo que entiendo como violencia.

Violencia es quitarle a alguien el derecho a la felicidad, ya sea por el insulto, la discriminación, el abandono, o la violencia física, privarlo de sus derechos, ignorar sus reclamos, por eso que

No poder acceder a la salud es un hecho violento...

La desnutrición infantil es un hecho violento...

No poder acceder a la educación es un hecho violento...

La falta de bienestar de un jubilado es un hecho violento...

Los crímenes que no se resuelven son hechos violentos...

Un policía corrupto es un hecho violento...

Un funcionario corrupto es una situación violenta...

El juez corrupto es violento...

La militancia intolerante es violenta...

Porque violencia es todo aquello que nos conmociona, que nos priva del espacio de felicidad al que tenemos derecho, que daña a algún congénere de cualquier forma, y que injustamente lo priva de su posibilidad de realizarse y crecer como ser humano.

LA VIOLENCIA RELIGIOSA

En la nota anterior, no hice referencia, de exprofeso a esa violencia cuyo principal objeto es el religioso, porque a lo largo de nuestra historia, linealmente aparece continuadamente, a veces como un aditamento de los otros odios, con el propósito de profundizarlos aún más.

El odio religioso fue fomentado en la Europa medioeval, y trasladado a América junto con los conquistadores, fue el medio por el que, tanto la iglesia como el estado monárquico, resolvieron sus cuentas, la riqueza incautado a Judíos, Musulmanes, adoradores del demonio, perseguidos por la inquisición, apoyada en el peor oscurantismo sirvió para saldar las cuentas a pagar con los banqueros.

La violencia inquisidora empujo al exilio a miles de Judíos, que al no tener paria ni refugio, se convirtieron forzadamente al cristianismo, muchos practicando en secreto su religión, el largo brazo de la inquisición los persiguió hasta América, donde sufrieron las mismas persecuciones y tragedias, muchas veces por las delaciones alentadas por el poder conquistador, muchas veces para cancelar una deuda era preciso denunciar al acreedor de judío encubierto, o para quedarse con sus bienes, la Inquisición hacia el resto, veces por una módica donación como reconocimiento.

Pero no fueron los Judíos el único objetivo de esta violencia, durante los albores de la edad moderna, y siendo Carlos V emperador, los excesos de la iglesia, provocaron la reacción de un grupo de religiosos alemanes, muchos de origen jesuita, liderados por Lutero, enarbolo sus 95 tesis, como una bandera contra los excesos de Obispos y otros protegidos del Papa.

Había nacido la reforma, y con ella la iglesia "Protestante", también la respuesta intolerante del poder eclesiástico que aliado a las monarquías reinantes, en lugar de asumir que las críticas realizadas por Lutero debían ser analizadas y respondidas, eligió reprimirlas lo más violentamente posible.

La iglesia de la reforma, se consolida, pero en el resto de Europa, la condición de protestante se difundía, y se reprimía, sobre todo en la España colonialista; así que, muchos fieles de la nueva religión emigraron a la América recién descubierta buscando la posibilidad de poder practicar se fe en paz, pero no fue así precisamente, muchos fueron obligados a convertirse al catolicismo, asumiendo con la condición de "Marrano", una forma de discriminación que contenía en si la sospecha de la sociedad de bien, sobre la dignidad del converso.

La sociedad colonial, más preocupada en Buenos Aires por el contrabando que por estas cuestiones, al principio hacia poco caso de las órdenes de la inquisición; hundida en el barro Buenos Aires estaba sola, lejos de la opulencia peruana, y mucho más lejos de la mexicana.

Aquí la discriminación religiosa comenzó mucho después, cuando la voracidad de los comerciantes porteños, necesito quitarse competidores de encima, entonces la sospecha sobre los extranjeros llegados a estas tierras se hizo sentir, hasta la época de la emancipación; de todos modos el poder colonial tenia ordenes especificas del monarca, de vigilar a los judíos, y a los protestantes, y no permitirles la práctica religiosa, que una convertidos al catolicismo se hacía en privado.

La llegada de la independencia, planteó un nuevo desafío, el de la tolerancia religiosa, en oposición a la intolerancia colonial, y las discriminaciones por cuestiones religiosas, la necesidad de empréstitos por suscripción, ofrecidos a los comerciantes más importantes muchos de origen extranjero, sobre todo británico, obligo a la tolerancia, aunque no eliminó de la conciencia popular la sospecha sobre aquellos que profesaban la fe de una forma distinta.

Las ceremonias religiosas de los esclavos, eran vistas como bacanales desenfrenadas e inmorales que se hacían de noche y a escondidas; a los esclavos se les catequizaba en el culto católico, lo que dio origen a un sincretismo religioso donde se mezclaban las viejas costumbres africanas con la religión adoptada, expresando una desmesurada fe, que tuvo su mayor expansión en el territorio Brasilero.

En el período Rosista fueron tolerados porque en el candomblé se sumaba la exaltación a Rosas y su Mujer, casi como parte del santoral.


Cuando al fin del siglo XIX, el exterminio de los aborígenes de la pampa, hizo posible el reparto indiscriminado de la nueva tierra conquistada, y se impulsó la inmigración, llegaron al país hombres de todos los orígenes, Protestantes, Judíos, Mahometanos, Ortodoxos, Ultra católicos, se produjo un choque cultural que puso bajo sospecha a los profesantes de los credos no católicos; principalmente a los Judíos, a quienes además se les sospechaba se anarquistas, socialistas, participes de una conspiración internacional para quedarse con la Argentina.

Los Evangelistas, si bien no fueron tantos en número, eran vistos con desconfianza, porque su forma de practicar la fe cristiana, era sustancialmente distinta de la formalidad católica, y su idea de la vida comunitaria, posiblemente por su escaso número, implicaba mucho compromiso entre la iglesia y sus fieles, sobre todo en lo que hacía a la ayuda entre la comunidad de una congregación.

De todos modos también fueron puestos bajo sospecha, porque la influencia de la Iglesia Católica sobre la sociedad más tradicional, conservadora en cuestiones de Fe, provocó que todo aquello que fuese distinto en materia religiosa debía ser puesto bajo sospecha, además en nuestra constitución estaba permitido el ingreso a la función pública solamente a aquellos que, además de ser ciudadanos, profesaban la Religión Católica.

Los Evangelistas no reconocían al papa, no veneraban las imágenes de los santos, no acompañaban la procesiones, no comulgaban, no se confirmaban, no practicaban la misa, eran diferentes, por lo tanto se los segregaba, más elegantemente que a los judíos, pero era así.

Como corolario, en alguna época de exacerbado nacionalismo se consideró que las religiones evangélicas, eran funcionales a los imperialismos estadounidense o inglés, exceptuando de esto a la Iglesia Luterana que por su origen alemán era vista con mayor simpatía.

El Islamismo, no fue tan cuestionado, porque en realidad los practicantes de la religión eran mucho menores en cantidad que el resto, gran parte de la inmigración de oriente provino del Líbano y Siria, eran mayoritariamente Católicos Ortodoxos, primos hermanos de los católicos romanos.


En los años de la revolución comunista, ser Judío implicaba ser sospechoso de anarquista, o comunista, miembro de un movimiento disolvente que aspiraba a corromper las bases más firmes de la sociedad argentina, para establecer un estado socialista y totalitario.

En el periodo de crecimiento del nacionalismo, increíble, y contradictoriamente, los mismos que los acusaban de comunistas decían que los judíos eran un poder económico que, por efecto de su capital, buscaba apoderarse de las riquezas y hacerse del poder político y económico, acumulando para si las riquezas del pueblo, sumando a esto la intención de apoderarse de la Argentina para fundar un estado Judío, por ahí circulan todavía los apócrifos "Protocolos de los sabios de Sion", en los que se apoyaban tales mentiras.

Durante los periodos totalitarios en la argentina, se incentivó el odio religioso, sobre todo en el periodo de la preguerra mundial y durante el auge del Nazismo alemán y el Fascismo Italiano.

Durante el Gobierno de Perón también se alentó la intolerancia religiosa, la Alianza Libertadora Nacionalista, dirigida por Queraltó primero y por Kelly luego, bajo la protección de Perón, fomentó el odio hacia la población Judía, por los mismo motivos de siempre, es más fácil encontrar un culpable de nuestros males, que dedicarnos a solucionarlos.

La caída de Perón y la desgracia del nacionalismo, no soluciono el problema, la sospecha sobre los que tenían una fe distinta, quedó enquistada en la sociedad, la conducta de los gobiernos militares no ayudo en nada, puesto que eran más intolerantes que aquello que decían combatir.

La sociedad argentina, aún hoy sigue propensa a la discriminación religiosa, ser evangelista, Mormón, Menonita, Judío o Mahometano, implica ser visto como diferente, por lo menos alienta la mirada curiosa sobre el hombre que practica la fe, y esa mirada "curiosa", casi siempre está acompañada del comentario descalificador, que no es más que una forma sutil de violencia.


Durante la dictadura militar ser judío era ser objeto de las peores torturas, el ensañamiento con el que se torturaba a los Judíos, era mucho mayor que con el resto de los detenidos, a veces solo se los torturaba por el hecho de ser Judíos, el caso Capitman es una muestra de ello.

La sospecha social sobre los judíos sigue latente, como antes y siempre oímos en grandes sectores de la sociedad, comentarios xenófobos y conceptualmente violentos. ¿Quién no ha escuchado cosas cómo?: "Hitler se equivocó, debió haber matado a doce millones de judíos", "judío de M....", "Los judíos son todos Ca....s", "Los Judíos se quejan, pero ellos se auto discriminan", etc., etc., etc....

A pesar de esto en nuestro país la tolerancia interreligiosa fue mucho mayor que en otros países del mundo, aquí, Evangélicos, Anglicanos, Judíos, Mahometanos, Budistas, tuvieron la posibilidad de acceder a la Educación, el trabajo y el progreso, muchos se desarrollaron como científicos, escritores, empresarios, políticos, artistas, etc.... De todos modos esto no disculpa la forma violenta en la que la sociedad se ha comportado y se comporta aún con aquellos que no profesan la Religión Católica.

Cuando comencé esta nota explique que consideraba como violencia, y me parece importante, en esta serie de artículos que decidí escribir sobre el tema, sin ser un erudito, que podamos analizar este problema que nuestra sociedad parece no comprender hasta donde puede corroer las bases de la nación, porque al poner al otro bajo sospecha, mantenemos una situación de violencia latente, que a veces solo necesita un justificativo para desatarse.
Hacer un raconto de la violencia en la sociedad argentina es absolutamente necesario, sobre todo porque la violencia social es el producto de los prejuicios que arrastramos como país a lo largo de la historia, que solo buscan encontrar un culpable de nuestras frustraciones comunes, sin ponerse a reflexionar sobre los errores colectivos que hemos cometido.

lunes, 18 de mayo de 2015

Breve historia de la violencia argentina: ¿No es hora de terminarla?


La violencia política en la argentina tiene una muy larga historia, que es necesario recordar permanentemente, para poder reflexionar si no va siendo hora de no caer en las trampas que nos proponen, oficialismo y oposición y que no solo nos enfrentan permanentemente, sino que no nos permite comenzar a construir una sociedad como soñamos, una patria feliz.

Hace un tiempo que por el efecto de alguna cuestiones políticas, el asombro y la estupefacción se apoderaron de mí, y no he podido elaborar un argumento digno de ser leído, o escuchado, pero en los últimos días, se han sucedido una serie de hechos que no tienen una calificación posible, para el ciudadano común, excepto que uno esté dispuesto en caer en las peores groserías.

Desde el inicio de la América colonial, que la intolerancia y el enfrentamiento ficticio sirvieron como excusa suficiente, para que la violencia se ejerciera sin discreción alguna, justificada por la rebeldía de unos sobre el poder de otros; así que para hacerse del oro de América, Colón se ocupó de comenzar con el exterminio de los aborígenes del Caribe, por no cumplir con sus exigencias auríferas, entonces se utilizó el recurso de la religión para esclavizarlas, hasta que la sumisión fue tan pesada que la rebelión necesaria, justificó la represión  más brutal.

De los más de 300000 aborígenes del caribe en pocos años solo quedaban unos escasos 12000, los habitantes del continente luego de la invasión de las hordas supuestamente civilizadoras, habían sido reducidos en 24.000.000, según el número de Fray Bartolomé de las Casas, número que  hacia 1890 sería escalofriantemente mayor.

La Iglesia apartada de su función evangelizadora sirvió, en muchas ocasiones, la excusa servida en bandeja, para iniciar la matanza era necesario la negación a convertirse, y así provocar el exterminio y la esclavitud.

Esa fue quizá la primer forma de violencia social que vivió la América hispano portuguesa, pueblos exterminados por la ambición y la voracidad de los poderosos, con la complicidad y la omisión de quienes debían por su juramento defender a los débiles.

A esto siguió la brutal esclavitud de las minas, bajo la terrible forma de la encomienda, los “civilizadores” Siguieron hasta el sur, y el continente se volvió en un sitio de caza de hombres, hasta que las rebeliones estallaron nuevamente, y como siempre finalizaron aplastadas por la espada del conquistador, Túpac Amaru muerto y diseminado por todos los extremos del Imperio Inca, Túpac Catari mas tarde, todos muertos y exterminados para justificar la dominación por el acero.

Más tarde la violencia tomo otras formas y otros destinatarios, la necesidad de sostener el sistema colonial, cambio el objetivo; los nuevos enemigos del poder serían los extranjeros cuyas ideas contaminaban de libertad a los criollos, que terminaron siendo el objeto de la violencia colonial, la necesidad de sostener el poder justificaba la crueldad del castigo, y la guerra, por el otro lado la libertad y la independencia justificaban más o menos lo mismo.

La independencia finalmente sucedió, y el odio criollo contra la madre hispana, volvió a mudar hacia otras regiones,  fue entonces que los intereses del puerto, primaron por sobre los intereses del interior, y de nuevo la violencia brotó de entre la tierra, los intereses económicos de la capital, el centralismo porteño, alentado por quienes creían que el interior estaba poblado por una clase imposible de ser gobernada, genero la rebelión; y nuevamente la sociedad se vio enfrentada en una espiral de violencia que parecía no tener fin, Orientales contra Directoriales, provincianos contra porteños, moría Belgrano en medio del caos y la indiferencia, y un nuevo fenómeno violento aprecia en el horizonte nacional.

Unitarios Y Federales, fue la consumación de la violencia política de nuestro país en el siglo 19, la intolerancia total, el fanatismo, el culto a la personalidad, la religión contra el sacrilegio, el centralismo contra el federalismo, todos exacerbaron las pasiones al punto de lo irracional.

De nuevo la Guerra…, de nuevo la muerte…, pero esta vez la rebelión de los débiles contra los poderosos, fue excusa para defender privilegios de clase de ambos bandos, y el pueblo, como siempre fue utilizado como un vehículo ejecutor, y receptor, de los males de la violencia, pero para nada destinatario de los beneficios de los triunfadores.

La lucha entre Unitarios y Federales finalizo y nos dio la constitución…, de nuevo la intolerancia política, se enseñoreo, Buenos Aires se separa, el sostenimiento de los privilegios, justificaba la disolución de una Nación que, después de cuarenta años, no comenzaba a ser.

Entonces el enfrentamiento entre Buenos Aires y el Interior, reinició la violencia, Buenos Aires derrotada se integra, luego…, Buenos Aires, triunfante, toma el poder, y se abalanza sobre el interior, las campañas de Mitre silenciaron las voces de los pueblos, utilizando los mismos métodos condenados por Sarmiento…, también son ejecutados por Sarmiento; el asesinato, el destierro, el degüello, el fusilamiento a mansalva, los métodos de la barbarie…, condenados por la civilización, se volvían instrumentos “legítimos” en manos de los civilizadores.

La integración del País se hacía bajo el filo de las bayonetas, mientras que en la civilizada Buenos Aires Crudos y Cocidos se enfrentaban a tiros de Remington, y cuchillo sobaquero.

Terminada la supuesta pacificación la intolerancia fijo un nuevo objetivo, el Paraguay se hacia esta vez, con la culpa de todos los males…, destruirlo se convirtió en un objetivo, que no solo no sirvió para nada, sino que además acentuó la dominación del Brasil sobre el territorio sudamericano. Y resultamos Triunfantes de una guerra, no solo injusta, sino insensata, que nos avergonzara por el resto de la historia, y sin tener a quien culpar de nuestros fracasos…, por el momento.

Cuando el país podía volver a la normalidad era necesario culpar de nuestros desatinos a alguien más; entonces la venganza del interior sobre Buenos Aires proponía quitarle a la Provincia su joya más preciada, la reina del plata seria la capital de la Nación, la revolución no se hizo esperar, 1880 traía de nuevo la intolerancia y la violencia, y los derrotados entregaron Buenos Aires al resto del país, quizá creyendo que Buenos Aires sin Buenos Aires, ya no podría ser un Estorbo, pero crearon un Monstruo que en su grandeza fagocitó los recursos del interior, esquilmando a los pueblos para aumentar el brillo de su esplendor.

En 1880, la violencia cambia de rumbo nuevamente, había que agrandar el país, entonces los culpables de todos los males fueron…, nuevamente…, los pueblos aborígenes; el plan del liberalismo de la época exigía conquistar el territorio, poblarlo y producir, entonces fue que para terminar con todos los males, la falta de progreso…, de desarrollo económico…, de la tan ansiada prosperidad, se inició a campaña del desierto, miles de aborígenes asesinados, sometidos, trasladados de sus asentamientos a otros centros, sus familias repartidas…, como esclavos entre los nuevos conquistadores (para ser educados cristianamente), fueron el efecto inmediato. Así Inacayal,  exhibido con su familia como una curiosidad de museo, y puso término a sus días arrojándose desde el techo del museo de Ciencias Naturales de La Plata.

Los años pasaron, ya no había indios a quienes culpar, y la violencia se transitó nuevamente el camino de la política, el fraude sistemático, y la violencia contra los opositores (se fusilaba a los ciudadanos en los atrios de las parroquias para posibilitar el fraude, y el triunfo oficialista), detrás de eso la sombra de Roca aparecía… siempre; la rebelión surgió nuevamente, el levantamiento del 90 fue la respuesta a la violencia, y la corrupción ejercida desde el poder.

Dese allí hasta 1912 se repitieron los levantamientos de ciudadanos  hartos de la prepotencia…, 1910 llego en un clima de violencia contenida, los sindicatos anarquistas no perdonaban la intolerancia para con los obreros, y los atentados se hacían sentir, así muere Falcón, pero también muere su asesino torturado bárbaramente…, 1916, y llegará la afirmación democrática de la mano de Yrigoyen pero la violencia entre Radicales y el Régimen, trasmuta hacia otro camino; internacionalistas y nacionalistas se enfrentan,  el ambiente se tiñe de sangre otra vez, la liga patriótica contra los sindicatos, en el sur la matanza de obreros alentada por la sospecha de una posible complicidad chilena, justifica los asesinatos de Varela, y cesa cuando los patrones temían quedarse sin obreros que hicieran el trabajo.

La guerra iniciada en 1914 enfrenta a Germanófilos y los Aliadófilos, todos, defensores de intereses tan ajenos… como lejana estaba Europa, la resistencia a entrar en la guerra, no sirvió para calmar los ánimos, al contrario los caldeó aún más sumando a la oposición a los nacionalistas partidarios del régimen conservador caído en desgracia.

Aparece el fascismo en el horizonte, Lugones proclama la Hora de la Espada, los viejos partidarios del régimen abogan por la solución patriótica, ¡hay que terminar con los comunistas!..., ¡hay que terminar con la democracia!.., ¡hay que instaurar un régimen como el de Mussolini!.., y el enfrenamiento encuentra en su camino a un decrépito Uriburu…, necesitado de clarines de gloria…, y se convierte en el instrumento del régimen, cae Yrigoyen, y otra etapa en la historia de la violencia se inicia, la ruptura de la constitución, y su justificación jurídica.

La tortura, introducida por el tristemente célebre comisario Lugones (que terminara sus días años más tarde, del mismo modo que su padre, el juglar del fascismo vernáculo), busca sujetos culpables, hay que terminar con la subversión anarquista, y con cualquier vestigio de radicalismo, es necesario, establecer un régimen Nazi, aparece la Legión Cívica, brazo civil armado del régimen, la primer triple A, de la historia argentina, o la segunda si consideramos a la mazorca, o la tercera si ponemos primero a Estomba, Rauch y los matones de Lavalle.

Así, sin solución de continuidad, la violencia política se expande, y recrudece cíclicamente, cada vez más rápido; llegará el golpe del 43, Perón, la persecución política y la prisión de los opositores, la Alianza Libertadora Nacionalista con Queraltó…, la revolución Libertadora, y los fusilamientos de José León Suarez…, la vuelta a la democracia, Frondizi,  el Plan Conintes, Azules y Colorados, La caída de Frondizi.., El régimen de nuevo, y de nuevo la Democracia…, Illia al Gobierno (hace el intento pero no es posible)…, Ongania y sus azules, los nuevos árbitros del Poder, empiezan los levantamientos guerrilleros, inspirados en la revolución cubana (El che morirá en Bolivia)…, aparece Tacuara (los nacionalistas armados), algunos jóvenes de la Acción Católica formarán la agrupación Montoneros (al principio protegidos por Perón y luego Traicionados por este), el ERP, las FAR, las FAP, las Brigadas peronistas, la triple AAA, La tendencia, la Izquierda y la Derecha…, el clima de violencia política parece tornarse insostenible…, entonces se apela de nuevo a la vieja solución, el nuevo golpe, la dictadura, y la violencia más terrible que es la del estado, la desaparición forzada de personas, la tortura, el asesinato, la corrupción del poder, terminan en la peor de las salidas…; la guerra de Malvinas, arruinando la vida de toda una generación, quizás el poder ejercido por los vahos de mala bebida, girando en la cabeza de los mandos militares.

Forzadamente vuelve la democracia como sistema, la violencia quedara silenciada, pero no quieta, los juicios a los genocidas desnudan la verdad, los altos mandos militares son responsables, pero también lo es la dirigencia guerrillera, la CONADEP y el juicio destapan la verdad, los argentinos que fuimos espectadores de ese proceso, nos sentimos, en ese momento, cómplices de todo ese tiempo histórico…, por participación, por ignorancia, por omisión, por cobardía…, caímos en la cuenta que habíamos sido cómplices de un proceso que había diezmado, casi, a una generación de jóvenes.

La violencia reaparece siempre pero esta vez, como si algo hubiésemos aprendido toma la forma de la intolerancia, de la corrupción y de la traición, Los años noventa generaron un nuevo régimen, como aquel de los 30, pero más corrupto y desenfadado…; el poder viola todas las leyes provocando adrede el peor de los actos violentos que se pueden ejercer contra la sociedad: la exclusión, sometiendo a la pobreza a más de la mitad de la población, detrás de una supuesta prosperidad que solo llenaba la copa insaciable de los más ricos.

Esa violencia sorda, ejercida implacablemente se contiene, a base de polenta y arroz, justificándola con la promesa de un bienestar futuro que nunca llegaría, la violencia muda, cierra escuelas, expulsa científicos, hace desaparecer el trabajo, los lazos solidarios se cortan, si un compañero se queda sin trabajo el sindicato enmudece, el individualismo la gana la pulseada a la sociedad.

¡Sálvese quien pueda!, ¡Solo!, ¡No importa!..., y nadie se salva solo…; pero el poder económico enriquecido durante el proceso le rinde honores al poder político, la estabilidad basada en la miseria de muchos y la riqueza de pocos, ha conseguido la reafirmación del mismo régimen de hace 100 años…, otra generación con los mismos nombres.

¡No importan los pobres!, ¡no importan los marginados!, ¡no importa que los desposeídos de la patria sean mayoría!..., lo único que importa es alguien que, Darwinianamente visto, es más fuerte que otro y por esa fuerza hace prevalecer su poder, violentamente, aunque no  se vea sangre.

Finaliza el milenio, y finaliza la paciencia; un nuevo gobierno cae por la intolerancia, alentada desde una oposición que necesita hacerse nuevamente del poder…, se corrigen algunas cosas, otras seguirán igual, nuevamente la violencia ejercida desde el poder ocasiona nuevos muertos…, la necesidad de ser incluidos levanta la protesta, porque todavía queda tiempo (pero no mucho), para que la generación desplazada en los noventa vuelva a ocupar un lugar.

Esto no ocurre, no se incluye a quienes quedaron fuera, serán clientes del subsidio y la limosna del estado, que se dice benefactor, pero que en realidad decide sostener a dos generaciones porque así consigue clientes, fieles a la hora de votar, la inclusión no será ni tanta ni tan buena, el desastre provocado en la educación no se soluciona, la igualdad republicana no se consigue, y tampoco se soluciona la situación de conflicto social latente.

Desde el poder se actúa con lógica de amigo o enemigo, se está con el proyecto, o  se está en contra…, los que están a favor Patriotas…, los que están en contra Traidores…; un nuevo culto a la personalidad surge en la política local, necesario para  lograr el poder hegemónico…; la corrupción salpica de nuevo la política y manchando la democracia popular, deviniéndola en…, otra cosa..; y no hace más que regar el pasto de los “Republicanos”, que no son…, otra cosa que los viejos cómplices del régimen, mas aggiornados, algunos más jóvenes, pero con los mismos nombres, que engalanaron el latrocinio de los 90.

La bonanza económica de los comodities trajo una supuesta estabilidad; la voracidad capitalista acentuó un proceso que nunca se terminó en la Argentina; con medios más sofisticados, recomienza la persecución al aborigen, desplazándolo de sus tierras, quitándole su forma de vida, arrojándolos a la miseria y a la muerte, un nuevo genocidio comienza: ¡Cultivar Mas y mejor! aunque implique arrojar al aborigen de su tierra, la única que queda sin utilizar por la nueva opulencia agropecuaria.

Pero lo peor es que la insensibilidad contagió a todos los estratos sociales, la violencia contra la se ejerce desde todos los ámbitos, el político, el económico, el empresarial; desde la justicia corrompida, desde los legisladores comprometidos en una suerte de oligarquía que deja surgir nada nuevo, desde el poder ejecutivo…; todos contribuyen a provocar la violencia y la intolerancia que vivimos, nos enfrentamos dentro de las familias, con los vecinos, entre los barrios, entre los pueblos; pero somos incapaces de identificar de donde nos viene todo eso…, que nos duele tanto; así no podemos dejar de ser clientes y esclavos del poder, no podemos decir basta, …Y la violencia continuara…, recrudecerá por momentos…, será reprimida en alguna ocasiones…, pero lo que sí es seguro, es que no habremos logrado consolidarnos como una nación digna de nuestros hijos.

Posiblemente sea la hora de reaccionar, romper con estas cadenas de esclavitud, como nos enseñó Illia, como nos enseñó Ghandi, como nos enseñó Luther King…, Juntos, como hermanos, con firmeza…, y en Paz.