sábado, 6 de abril de 2013

Una reflexión acerca de las inundaciones

Cuando Ocurren tragedias, como las inundaciones, sobre todo cuando se pueden evitar, resulta odioso hablar con el diario del lunes, pero lamentablemente para quienes ejercen el poder, siempre queda al desnudo todo aquello que era importante hacer, y no se hizo.
Pero, y siempre hay un pero, lo que se debía hacer y no se hizo, siempre estaba destinado a solucionar los problemas de los sectores mas desposeídos y en mayor situación de riesgo, que terminan sufriendo las consecuencias del  mayor impacto.
Que las inundaciones afectaron a los barrios mas carenciados de las ciudades afectadas, es una verdad de Perogrullo, también que desde ningún gobierno, ni nacional, ni provincial, ni municipal se hizo nada por evitar que esto, que ya ocurrió otras veces volviera a suceder; ¿por que?, porque en el fondo a nadie le importa la vida real, solo son un voto a la hora de contar.
Así queda al desnudo la miseria política, del gobierno, ...de todos los gobiernos, y salta a la vista la diferencia entre el interés de conseguir una primera plana, a fuerza de ponerse una camiseta, y la verdadera solidaridad social, que todavía subyace entre la gente.
El cuervo Larroque,  a las cosas hay que ponerle nombre y apellido, es el peor exponente de una forma de hacer política, que tiene como eje la intolerancia, y la prepotencia, que no comprenda a la sociedad, ni le interesa, que solo admite un discurso único, y que su objetivo es lograr encolumnar a toda la sociedad detrás de un liderazgo caprichoso, surgido de una historia inventada.
Pero esa Actitud, no es personal, sino que responde a una estrategia que se comparte en todo el gobierno, que consiste en desplazar del protagonismo, por cualquier medio, a cualquiera que no forme parte de su cohorte de adulones y alcahuetes, pero esto es un modelo repetido, el Gobierno de Buenos Aires, parece salido del mismo molde, del mismo modo que la jefatura de gobierno de la ciudad; donde cada tragedia encuentra al jefe de gobierno de vacaciones, y no es producto de la casualidad, pareciera que vive de vacaciones y no le importa nada de lo que ocurre a su alrededor, es como alguien que solo escucha su propia voz, puede ser ocurrente a la hora de poner motes e hilvanar frases ingeniosas, pero salta a la vista que tiene una brillante corte de funcionarios, poco útiles a la hora de resolver los verdaderos problemas.
El problema de fondo de todo esto es que la política argentina parece haberse olvidado de trabajar para la gente, y que su objetivo es el bienestar de la población, y que para esto hay que gobernar todos los días, cada día que pasa es notable que se necesita un gobierno que se ocupe de las cosas cotidianas, que piense en el bienestar en términos de estrategia, y que trabaje poniendo las cosas en su lugar, sin pretender sobresalir, que en ves de hablar todos los días, haga todos los días, un gobierno de gente normal, que funde, ni funda, solamente que haga.
Esto se escribe con mucha bronca, pero no hay otra forma de decirlo.