"He llegado a convencerme de
que la no cooperación con el mal es tan obligación moral como la cooperación
con el bien. Ninguna otra persona ha sido más elocuente y apasionada en
difundir esta idea que Henry David Thoreau. Como consecuencia de sus escritos y
de su testimonio personal, somos los herederos de un legado de protesta
creativa. Las enseñanzas de Thoreau han revivido en nuestro movimiento de los
derechos civiles; de hecho, está más vivas que nunca. Que sean expresada...s
por un sit-in en un restaurante, un autobús de la libertad en Mississippi, una
manifestación pacífica en Albany (Georgia), un boicot de autobuses en Montgomery
(Alabama), todo ello es la cosecha de la insistencia de Thoreau en que se debe
resistir al mal y que ningún hombre moral puede conformarse pacientemente con
la injusticia." (Martin Luther King).
Creo que la mejor forma de
terminar con los abusos de poder, es mirar hacia atrás y tomar las
enseñanzas de la historia, y allí vemos que es necesario que la sociedad inicie un camino desde
donde, a modo de lucha no violenta, haga comprender al poder que están allí
para solucionar los problemas de la comunidad, y no para favorecer a
determinados intereses, incluidos los suyos propios; la cuestión de las tarifas
es un ejemplo claro que nos indica que la sociedad debe ser responsable de
indicar a sus gobernantes cual es el camino a seguir, a partir de las
audiencias públicas.
En este punto es donde debe
aprovecharse el espacio que crea la ley para expresar la voluntad de la
ciudadana, donde deben aclararse definitivamente algunas cuestiones
relacionadas con los contratos de distribución, el uso de los subsidios
otorgados por el estado, la política real de inversiones que las empresas
debieron haber seguido, y s estas no hubiesen cumplido recomendar las acciones
a seguir, para equilibrar la balanza para que cualquier medida a adoptar sea
acorde a la necesidad ciudadana.
Esto mismo es lo que debe hacerse
con las políticas de estado, puesto que el pueblo es el destinatario de
cualquier acción de gobierno, y estas, lo beneficien o
lo perjudiquen, no pueden estar ajenas a las necesidades y anhelos de la
población, mandante de la democracia, y origen del poder de los
gobernantes.
Las Palabras de Luther King son
reveladoras de esto, la firmeza de las convicciones de todos, entre todos,
hermanados en el objetivo de construir "Una" Nación donde todos
seamos parte, y todos tengamos un lugar, donde el esfuerzo colectivo no sea
usufructuado por unos pocos privilegiados, sino que éxito sea también
colectivo, donde la integración sea una realidad de la que nos sintamos
orgullosos, donde las diferencias políticas se discutan en términos de
adversario y no de enemigo.
Es necesario que vivamos en un
país en paz, con trabajo, y bienestar, educación, cultura, salud, estabilidad,
para todos y cada uno. Pero como dijo alguna vez Arturo Illia, apóstol de los
pobres, "esto es tarea de todos y cada uno", asumiendo la responsabilidad
que nos cabe, en el lugar que nos toque.
Gobernar es una cuestión
demasiado seria como para dejarla solo en manos del poder político, es nuestro
país, y el de nuestros hijos, y es nuestra obligación hacer cumplir
nuestro mandato, porque de eso se trata la democracia, de un pueblo que elige a
partir de su realidad social, que espera que las promesas realizadas se cumplan
tal y como se hicieron, y no hay pueblo que elija en su propio perjuicio, lo
que hay son gobiernos que no cumplen con los mandatos populares, y no hablo de
este gobierno, sino de todos.
Cualquier incumplimiento, por
parte de los gobiernos, de lo mandado por la voluntad popular, es un abuso de
poder, porque constituye una negación de las obligaciones contraídas. Porque,
sin lugar a dudas la elecciones son eso, un contrato electoral, que debe
cumplirse como tal, y del cual el poder político no puede apartarse, con
excepción de aquellas cuestiones de fuerza mayor y gravedad
institucional que necesitan medidas urgentes.
Revelarse contra el abuso de
poder es absolutamente necesario, en aquellos momentos en que la ciudadanía se
ve afectada en sus derechos, porque la pasividad de la ciudadanía ante la
necesidad de permanecer en el poder de esta nueva clase de oligarquía política,
que se inventó a partir de los 90 para sostener sus privilegios debe
terminarse, para que de una vez, y para siempre se terminen los eternos excesos
en nuestro país, en paz, pero con la firmeza de la convicción.
Carlos Gowland