jueves, 25 de agosto de 2016

Rebelarse ante el abuso de poder


"He llegado a convencerme de que la no cooperación con el mal es tan obligación moral como la cooperación con el bien. Ninguna otra persona ha sido más elocuente y apasionada en difundir esta idea que Henry David Thoreau. Como consecuencia de sus escritos y de su testimonio personal, somos los herederos de un legado de protesta creativa. Las enseñanzas de Thoreau han revivido en nuestro movimiento de los derechos civiles; de hecho, está más vivas que nunca. Que sean expresada...s por un sit-in en un restaurante, un autobús de la libertad en Mississippi, una manifestación pacífica en Albany (Georgia), un boicot de autobuses en Montgomery (Alabama), todo ello es la cosecha de la insistencia de Thoreau en que se debe resistir al mal y que ningún hombre moral puede conformarse pacientemente con la injusticia." (Martin Luther King). 

Creo que la mejor forma de terminar con los abusos de poder, es mirar hacia atrás y tomar las enseñanzas de la historia, y allí vemos que es necesario que la sociedad inicie un camino desde donde, a modo de lucha no violenta, haga comprender al poder que están allí para solucionar los problemas de la comunidad, y no para favorecer a determinados intereses, incluidos los suyos propios; la cuestión de las tarifas es un ejemplo claro que nos indica que la sociedad debe ser responsable de indicar a sus gobernantes cual es el camino a seguir, a partir de las audiencias públicas.

En este punto es donde debe aprovecharse el espacio que crea la ley para expresar la voluntad de la ciudadana, donde deben aclararse definitivamente algunas cuestiones relacionadas con los contratos de distribución, el uso de los subsidios otorgados por el estado, la política real de inversiones que las empresas debieron haber seguido, y s estas no hubiesen cumplido recomendar las acciones a seguir, para equilibrar la balanza para que cualquier medida a adoptar sea acorde a la necesidad ciudadana.

Esto mismo es lo que debe hacerse con las políticas de estado, puesto que el pueblo es el destinatario de cualquier acción de gobierno, y estas, lo beneficien o lo perjudiquen, no pueden estar ajenas a las necesidades y anhelos de la población, mandante de la democracia, y origen del poder de los gobernantes.

Las Palabras de Luther King son reveladoras de esto, la firmeza de las convicciones de todos, entre todos, hermanados en el objetivo de construir "Una" Nación donde todos seamos parte, y todos tengamos un lugar, donde el esfuerzo colectivo no sea usufructuado por unos pocos privilegiados, sino que éxito sea también colectivo, donde la integración sea una realidad de la que nos sintamos orgullosos, donde las diferencias políticas se discutan en términos de adversario y no de enemigo.

Es necesario que vivamos en un país en paz, con trabajo, y bienestar, educación, cultura, salud, estabilidad, para todos y cada uno. Pero como dijo alguna vez Arturo Illia, apóstol de los pobres, "esto es tarea de todos y cada uno", asumiendo la responsabilidad que nos cabe, en el lugar que nos toque. 

Gobernar es una cuestión demasiado seria como para dejarla solo en manos del poder político, es nuestro país, y el de nuestros hijos, y es nuestra obligación hacer cumplir nuestro mandato, porque de eso se trata la democracia, de un pueblo que elige a partir de su realidad social, que espera que las promesas realizadas se cumplan tal y como se hicieron, y no hay pueblo que elija en su propio perjuicio, lo que hay son gobiernos que no cumplen con los mandatos populares, y no hablo de este gobierno, sino de todos.

Cualquier incumplimiento, por parte de los gobiernos, de lo mandado por la voluntad popular, es un abuso de poder, porque constituye una negación de las obligaciones contraídas. Porque, sin lugar a dudas la elecciones son eso, un contrato electoral, que debe cumplirse como tal, y del cual el poder político no puede apartarse, con excepción de aquellas cuestiones de fuerza mayor y gravedad institucional que necesitan medidas urgentes.

Revelarse contra el abuso de poder es absolutamente necesario, en aquellos momentos en que la ciudadanía se ve afectada en sus derechos, porque la pasividad de la ciudadanía ante la necesidad de permanecer en el poder de esta nueva clase de oligarquía política, que se inventó a partir de los 90 para sostener sus privilegios debe terminarse, para que de una vez, y para siempre se terminen los eternos excesos en nuestro país, en paz, pero con la firmeza de la convicción.

Carlos Gowland