jueves, 18 de abril de 2013

Algo previo a la marcha del 18 de Abril

La corrupción política es como un parasito, que no solo se alimenta de los ciudadanos, sino que además se reproduce generando cada vez más parásitos, en una vorágine sin solución de continuidad.
Cada vez más llega a la política mas gente que solo practica la estrategia del parásito, fortalece su poder a costa de otro usando la ciudadanía como un vehículo, que le sirve para satisfacer sus necesidades, para sostener su permanencia y sus privilegios, crea y reproduce instituciones que suman mas hombres como el, al poder.
Pero, esto solo es posible si hay una ciudadanía que en lugar de condenarlo y desenmascararlo, permite que continúe usufructuando los beneficios, tranquila y calladamente, sin reaccionar ni pedir condena.
Para que ningún ciudadano crea que puede perpetuarse en el poder, es preciso que la sociedad ejerza sus derechos y exprese su repudio, pero también es preciso que esa sociedad asuma su deber individual y colectivamente, participando y comprometiéndose, a mantener y practicar una conducta personal acorde con la vida republicana.
Salgamos a mostrar nuestro descontento, pero también seamos capaces de sostener lo que decimos con el ejemplo de nuestra vida personal, para quitar margen a la corrupción hay que terminar con las conductas sociales que la permiten.ril
Hoy, salgamos a la calle, a exigir que nos respeten como ciudadanos, a pedir por nuestras libertades, a afirmar nuestro deseo de ser parte del país común; mañana salgamos a la calle, a demostrar con nuestra conducta que no somos mercadería que se compra y vende, que no se nos puede corromper como sociedad, que somos Ciudadanos con mayúsculas.

El ciudadano es parte del proceso político, origen, protagonista y destinatario, eso lo convierte en participe de la política, sin cuya participación nada es posible.
No hay posibilidad de sustraernos de esta responsabilidad, el solo hecho de no votar en una elección, nos hace responsables de su resultado, no votamos, y permitimos que alguien llegue al poder, con poca representación, y se perpetúe en el; además lo hacemos creyendo que así no participamos, cuando en realidad esa "no participación" termina siendo una acción definitoria.
Casos como este sobran, lo importante es desarrollar una forma de participación positiva, sobre todo en un sistema constitucional que consagra al partido político como el único vehículo válido para llegar al poder, eje de la representatividad, y mecanismo de participación.
Las actuales circunstancias parecen habernos despertado, pero la acción no debe quedar solo en la protesta, la conducta personal y colectiva, son claves para erradicar de la política, todas estas practicas negativas, no solo los políticos deben dar el ejemplo a los ciudadanos, cuando esto no ocurre los ciudadanos debemos dar el ejemplo a los políticos, el país es nuestro, tuyo, mío, de todos, es una construcción colectiva, cuyo gobierno depende, sobre todo de nuestra conducta, estamos ante una oportunidad única, no dejemos que esto caiga solo en la protesta, asumamos nuestra responsabilidad y actuemos a la altura de la situación, sino todo cambiará solamente para que nada cambie.