Hay
algo que la historia de la humanidad nos debiera haber enseñado, los grandes
movimientos políticos del siglo XX, los
dos movimientos más significativos, por
lo que implicaron y lo que desataron, fueron el movimiento independentista
liderado por el Mahatma Gandhi, y el de los derechos civiles de Martin Luther
King, sobre todo porque implicaron una
forma de lucha que implicaba el sacrifico de lograr la propia contención, hasta
llegar a la tolerancia extrema.
Los
hombres que se sumaron a esas luchas, no insultaban, no contestaban la
violencia, pero sostenían con firmeza
sus convicciones, y lenta, pero inexorablemente
consiguieron lo que se propusieron, la independencia de la India en un caso,
las libertades y derechos civiles en otro.
Ambos
por supuesto fueron imperfectos, como lo es esta democracia nuestra, pero con
el tiempo, la lucha y el ejercicio constante, se fueron perfeccionando, la
India es hoy un país que ha alcanzado plausibles progresos, y en EUA, hay hoy un afro americano en la casa blanca, cosa que en
los 60 era una quimera.
Ambas
fueron revoluciones, pero ambas fueron pacíficas, ambas marcaron a fuego a toda
la humanidad, sobre todo porque son un ejemplo de la tolerancia desde la
oposición, y lo que puede conseguirse con eso, Luther King
sumo voluntades, desde la no violencia, ni física, ni verbal, sumo voluntades
desde la propuesta, desde explicar a la gente que era lo que estaba mal, con
propuestas, con la fuerza de seguir cualquiera fuera la envergadura de la
respuesta oficial.
Con
Gandhi paso lo mismo, sumo desde la
posición de no agredir, ni física ni verbalmente, quien haya leído su
autobiografía, sabrá que hizo de la tolerancia desde la oposición una doctrina, que aplico después en los levantamientos internos de la india, aún a
disgusto del gobierno que el mismo había contribuido a formar.
Las
cosas en una sociedad pueden cambiar, pero no forzadas desde cualquier tipo de
violencia, solo basta con que comprendamos
que quien piensa diferente no es un enemigo; que aquel de vive diferente,
porque su nivel social es más bajo, no es despreciable; que los otros no son
vagos o delincuentes
dependiendo de a quien apoyen, o la cara que tengan, la intolerancia gubernamental contra la oposición nos puede convertir
en violentos, creemos que no tenemos como expresarnos si no es a lo gritos,
descalificando y desacreditando al otro, parece que tenemos la imposibilidad de
expresarnos de otra forma.
La realidad es que quisiera que la gente de mi
partido, particularmente comprendiera que
la democracia no consiste en imponer nuestro criterio, no es una competencia
para ser si yo soy más democrático que otro, la democracia es un sistema que se
basa en compartir desde el disenso,
es un sistema que nos permite crecer desde la individualidad
a la colectividad, pero esto solo se puede hacer desde la tolerancia.
Más
efectivo que insultar a un funcionario
y a su familia, y mucho más constructivo,
sería sentarse en la calle frente al ministerio
de salud, o de acción
social, para protestar
por los niños que mueren de hambre, y no levantarse hasta que nos muestren una solución, o pararse frente al
ministerio del interior y no retirarse hasta que termine la matanza de hermanos
originarios, o a lo mejor acostarse en el suelo
ante el avance de la máquinas de las mega mineras cuando llegan al puerto, o
bajarse del barco masivamente, cuando el funcionario sube, y reclamar a la
empresa la devolución
del dinero del pasaje.
Las
acciones directas pacificas pero firmes, provocan cambios, pero desde la
propuesta, porque la acción pacifica es en sí una propuesta, de respeto por la
minoría, de respeto por la comunidad, propone vivir en la tolerancia, permite
construir desde el argumento, nos integra como sociedad y nos permite analizar
los problemas reflexionándolos.
Seguramente alguien pensara, que soy Kirchnerista o del MODESO,
nada más alejado de la realidad, soy del Movimiento Arturo Illia de Buenos Aires y sostengo en alto las
banderas que enarbolo Don Arturo, Tolerancia, respeto, transparencia,
honestidad, paz, integración
y progreso, la síntesis
de la construcción
de una nación en
democracia, ese es el sentido de la brújula.
Leí que alguien escribió
que estaba cansado de que pasaran 121 años poniendo la otra mejilla, no
importa, que pasen otros 100, pero si la lucha se mantiene firme y en paz, posiblemente no seamos gobierno, pero seguramente
no habrá gobierno que lo
resista.
Ojala podamos ver que sea realidad, como dijo Lennon, seguramente soy un soñador, pero no soy el único.
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